por dragon dr-death el Mié Dic 28, 2011 8:03 am
Diergo Fragancia Delasco:
Hijo de Franco Fragancia, ama de casa, y de Marta Delasco, internada, siguió la carrera de su padre porque fue obligado, sus aspiraciones personales fueron reprimidas a martillazos en los dedos.
-Papi papi, quiero ser Abogado!!- Comentaba el pequeño Diergo
-Calla pendejo! seguirás la carrera de tu respetado padre!!- Dijo Franco, y le dio un martillazo en los dedos. -Ahora, sé un hombre, y plumerea la pianola!!-
-Pero padre, no tenemos pianola!!- Respondió Diego.
-Que te calles, sorete!!- Replicó Franco, y dio un latigazo en toda la boca de Diergo.
Así, Diergo un día se escapó de su casa, y buscando un lugar donde llorar y maldecir, decidió ir a la biblioteca, porque en la iglesia no podía ya que había un cura pedófilo que les chupaba las orejas. Como los pendejos desobedientes tenían prohibida la entrada a la biblioteca, Diergo decidió entrar a escondidas, de noche, cuando ya no había nadie, tirando abajo la puerta. Tras dislocarse el hombro y romperse dos dientes, probó con girar la perilla, y para su sorpresa la puerta se abrió. Leyó cosas que no tenían ningún sentido, palabras extrañas que jamás siquiera había oído, letras que parecían dibujadas por el mismo demonio. Y entonces, se dio cuenta: tenía el libro al revés.
Era un libro sobre plastilina, y lo leyó palabra por palabra, porque como no sabía leer tenía que leer lentamente para entender. Así pasaron los años y se interesó cada vez más en el tema, Diergo decidió que sería un gran maestro de la plastilina. Era su gran anhelo manejar a su antojo la masa. Incluso hasta se inventó el título "Diergo, plastilinero Delasco".
Se sentó una noche sobre una roca en la rivera, porque se ve que el tipo estaba sin nada mejor que hacer. Estaba allí, sólo con el bosque, pensando en voz alta sobre sus sueños. Le hablaba al bosque, y el bosque escuchaba.
-Pero cierra la puta boca!! que no puedo hacer dormir a mis polluelos!!- Gritó desde un árbol el Eidapollo, una criatura con pocas plumas doradas, de cuerpo de pollo y cabeza de viejo. Sentado en posición fetal, llorando porque era un marginado de mierda, Diergo observó cómo el río se tornaba de color rojo. La curiosidad lo instó a acercarse, y dio un sorbo largo a esa agua, el inútil creyó que era vino y pensó en pegarse alta peda. Para su asombro no era sólo agua, sino agua con sangre.
-Quién ha sido la conchuda que se metió al río con la menstruación!!- Gritó desaforado.
Espero q sea de su agrado xD
"cantaando bajo la lluuuvia!! un momento, esto es lluvia acida! O_o