Arshan el nigromante

Un lugar donde los héroes se reúnen a discutir, reír y beber!

Arshan el nigromante

por sub---zero el Dom Feb 03, 2008 4:54 pm

hola a todos esta historia esta relacionada con tibia consta de 23 partes y cada dia pondre una nueva,archias por favor no borres el post o avisame para ponerlo en el rpg ok aqui va.
capitulo 1
Asrhan se levantó sobresaltado. No recordaba el sueño, pero si el final: su muerte. Aquello le daba mala espina, el era mago y sus sueños podían ser predicciones del futuro.

Tras un momento de duda, decidió salir a dar una vuelta por la bella ciudad de Carlín. Se equipó con su armadura que desprendía un brillo verdoso producto de las escamas de dragón de la que estaba echa. Un casco dorado y largo, acompañado por un escudo echo del mismo material que la armadura. No era normal que un mago llevase armadura, pero el no era uno cualquiera, era uno muy poderoso. Por ultimo cogió su bastón del que llameaba un fuego inmortal.

Carlín era tan bella como peligrosa. Los callejones eran el hogar de bandas de asesinos que mataban por unas cuantas monedas. Sin embargo Asrhan paseaba sin miedo, cualquiera que le osara desafiar se llevaría un fogonazo mortal. Tras un breve paseo llegó a su destino; la taberna.

Allí encontró como de costumbre a su amigo Bencrof. Eran viejos amigos, se conocieron en la isla de Rookgaard donde se habían criado desde niños y habían viajado juntos en una mala balsa asta el nuevo mundo. Habían crecido, vivido y luchado juntos.

Al llegar le contó los rumores de una nueva criatura salvaje la cual se hacía llamar Orshaabal.
- ¿Quién te lo a contado? Le preguntó Asrhan tomando su segunda cerveza,
- Un arquero, dice que es el padre de todos los demonios.
- Bah, arqueros, huyen en las luchas y te atacan a distancia, no me gusta su forma de pelear.
- Asrhan - replicó Bencrof - Nosotros tenemos poderes que otros no tienen, no te rías de su forma de combatir, es tan justa como la nuestra.
- Druida tenías que ser - rió Asrhan.
- Tú eres hechicero, la diferencia es mínima, viejo amigo - le contestó Bencrof.
- Por poco tiempo, sabes que soy hechicero temporalmente, mi futuro es la necromancia, ser necromante. - Dijo Asrhan.
- No digas tonterías, la necromancia usa a los espíritus como base para la magia, nadie puede controlar a los espíritus, ellos te controlarán y te trasformarán en un mago tenebroso como a todos los magos que lo han intentado. - exclamó Bencrof.
Como toda respuesta Asrhan le dijo:
- Yo no soy un mago corriente.

Se terminaron las copas y decidieron ir a explorar el lugar donde se había visto el monstruo. No tardaron en divisarlo, una gran columna de humo les indicó el lugar.
Al llegar descubrieron una masacre, cadáveres por todos lados y fuego destruyéndolo todo.
- Ha sido mala idea venir, Asrhan. - susurró Bencrof inquieto.
- ¡Venguemos estas almas perdidas! - gritó Asrhan.

De pronto se oyó un rugido escalofriante. Más allá se vio un gran demonio. No era corriente, era seis metros más alto que uno normal y estaba rodeado de fuego abrasador. A sus pies la tierra se transformaba en ceniza y de su boca escupía lava llameante. Sin darles tiempo a reaccionar, la fiera se les echo encima. Era imposible igualar a la criatura en velocidad. De un zarpazo se quito de encima a Asrhan que calló al suelo herido de muerte. Bencrof se acercó a el y le tiro una runa especial azul de magia blanca que lo curó por dentro y curó sus heridas. Bencrof había salvado a su amigo, pero había dado la espalda a su enemigo. Orshaabal le tiró una llamarada que lo quemó y carbonizó. Asrhan horrorizado vio como su amigo le dedico una sonrisa hasta que la vela de su vida se apagó.

Reaccionó rápido y le tiro una runa especial con una calavera incrustada en su lomo. Era una de sus mejores runas, una bola negra fue directa a por la criatura. Impactó en los ojos lo cual dejó un momento ciego a la criatura. A Asrhan se le nublaba la vista, pensaba que moría pero no eran más que sus lágrimas las que nublaban su vista. No iba a huir, ¿para qué hacerlo cuando todo lo que quería estaba muriendo? Ya nada tenia sentido.

- Y tu linaje de fuego se acabará, vuelve al infierno del que viniste, muereeeee!! - entonces gritó las palabras de un conjuro que había esperado no tener nunca que pronunciarla, aquello iba por encima de sus posibilidades pero no le importo: Exevo gran mas vis....
Notó como la magia se le iba de su cuerpo para transformarse en una impresionante explosión, pero para su horror vio que el monstruo le tiraba una bola de fuego justo antes de desaparecer en mis pedazos. El monstruo había muerto, la magia de Asrhan se había agotado, ya no lo protegía, y la bola impactó contra él...

Su corazón dejó de latir...
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por sub---zero el Dom Feb 03, 2008 4:56 pm

a y una cosa de aqui voy a sacar un duelo rpg recuerden faltan 22 capitulos y mientras los pongo por favor diganme si le falta algo o les gusta o no.
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por necronazgul el Dom Feb 03, 2008 5:37 pm

pues a mi me gusta ::wink:: ::bye::
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por Tanis Semielfo el Dom Feb 03, 2008 5:49 pm

Deberíais saber que Ashran el Nigromante es un personaje de Memorias De Idhún, y que probablemente este escritor solamente le ha modificado un par de letras, ¡Plagiante! ¡Búscate tus propios nombres! ¬¬
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por Deat Nigth el Dom Feb 03, 2008 6:14 pm

me gusto la historia solo como critico es esto los nigromantes o el arte de la nicromancia es el arte de manejar a los muertos y a los espiritus los manejan los chamanes

pero la historia es chida espero los demas capitulos::laughing::
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por Deat Nigth el Dom Feb 03, 2008 9:55 pm

::laughing::
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por sub---zero el Dom Feb 03, 2008 10:10 pm

oye tanis semielfo yo no tengo ni idea de quien es arshan el nombre me lo dio un amigo y entre nosotros hicimos la historia y la publicamos en una pagina web bueno como les gusta apresurare el `paso aqui va el siguiente capitulo.
capitulo 2
Asrhan se levantó, miró a su alrededor. No había nada, solo vacío. De pronto oyó un ruido a su alrededor. Allí estaba su mejor amigo Bencrof, no tenía heridas ni nada. Y el tampoco, se sentía completamente bien.

Una voz interrumpió la paz de la que disfrutaban. Una voz femenina.
- Hola a los dos, soy el oráculo.
Asrhan la miró, era un ángel de piedra de la que se despendía una luz cegadora.
- ¿Dónde estamos? - le preguntó.
- En ningún sitio - exclamó el oráculo - He venido para daros una oferta, si no la aceptáis, iréis allí donde van los muertos.

Asrhan estaba confuso. Tenía mil preguntas pero justo cuando se las iba a preguntar una sola mirada del oráculo le respondió todo lo que el ansiaba saber; estaban los dos muertos, irían al mundo de los muertos si no fuera por que ella los interceptó, los había salvado por sus grandes hazañas que habían salvado a mucha gente. Por eso les dio otra oportunidad. Solo una. Si la aceptaban, volverían a vivir, pero con una condición: todo su poder, todos sus bienes...

Bencrof despertó de pronto de su estado de coma. Miró al oráculo y pareció entenderlo todo como le había pasado a Asrhan. Bencrof miró a Asrhan.
- Mi respuesta es si - dijo Bencrof - Volveré a la vida a cambio de todo lo que tenía - El oráculo sonrió.
- Bien, ¿y tu, Asrhan?
- Sí - dijo Asrhan - lo único que me importa en la vida es la amistad.

El oráculo alzó las manos y gritó:

- No lloréis por vuestro poder perdido, podréis volver a conseguirlo, una nueva vida, una nueva leyenda... un fogonazo de luz blanca.

Asrhan se quedó ciego durante un segundo, luego vio que estaba en un templo. A su lado estaba Bencrof. Los monjes que rezaban en ese momento se quedaron estupefactos.

Durante los días siguientes la leyenda de dos personas traídos de la nada se extendió por todo le mundo. Pero luego se esfumó, ya que la gente vio que eran normales, no tenían nada de extraordinario. Su antigua fama se había esfumado. Para la sorpresa de Asrhan nadie se acordaba de él antes de su muerte. El oráculo les había borrado a todos de la mente a lo que a Asrhan y Bencrof se refería. Los monjes le dieron a cada uno una túnica básica de mago. Eso era lo único que les quedaba, su poder de magos, era el poder de un mago principiante que le quedaba un largo entrenamiento para hacerse poderosos.

"no aguanto nuestra situación" dijo Bencrof "no tenemos nada", pero Asrhan no respondió, solo sonrió. Bencrof sabía que tenía un plan y espero a que se lo explicara. Al fin dijo "haremos un viaje por todo el mundo, nos aremos fuertes y tomaremos los bienes que ay repartidos por el mundo, nos forjaremos una nueva leyenda". Bencrof sonrió, le gustaba la idea. "desde cero, ¿y cuando partimos?", "ya" respondió Asrhan.

Era de noche, y Asrhan sabía que sería peligroso salir a aquellas horas pero no podía quedarse más en ese convento. No tenían dinero para comprar un bastón así que llevaban dagas robadas del convento, y un escudo de madera podrida que no resistiría más de dos golpes.

Anduvieron silenciosamente por las calles, nadie se preocupó de la partida de dos desconocidos y menos aún pensaron que serían una leyenda en un futuro. Solo quedaba una calle que cruzar y llegarían a las puertas de la muralla de la ciudad cuando...
Asrhan calló en un agujero. Estaba en las alcantarillas, y oyó un chillido agudo. El sabía lo que pasaría a continuación. Una manada de ratas se le echo encima, no podía hacer nada ya que eran muchas y peligrosas. Eran capaces de matar a una presa en dos minutos y no dejaban restos. Cuando la primera rata le dio un mordisco Bencrof saltó valientemente hacia el agujero y las espantó con su antorcha. Las ratas huyeron despavoridas. Sin dar tiempo a que volvieran, Bencrof y Asrhan escalaron hacia la salida. Pero allí no encontraron la salvación. Estaban rodeados por una banda de asesinos. Portaban armaduras de guerreros, mazos y algunos espadas y algún que otro escudo de metal. Seguramente eran guerreros de la ciudad los cuales habían sido desterrados por su violencia. Si fueran Bencrof y Asrhan tuvieran dinero se lo pedirían pero como no tenían se limitarían a matarlos.

Asrhan no espero mas y se lanzó a por el que tenía mas cerca, le hincó el cuchillo en el cuello sin ningún remordimiento, sabía lo que le hubiera echo a él. Con esto consiguió una brecha en el círculo de atacantes, con lo cual echo a correr con Bencrof siguiéndole. Los asesinos se quedaron helados con la rapidez del ataque, los aldeanos no solían defenderse.

Pero al final corrieron detrás de ellos. Bencrof y Asrhan iban más ligeros y les tomaron ventaja. Al final consiguieron esquivarlos y esconderse. "por los pelos" dijo Bencrof. Asrhan estaba pensativo "tienen buenas armaduras y armas". "¡no! Asrhan, no podemos contra ellos.". "Ya lo as visto, algunos son guerreros pero otros son unos críos, mataremos al jefe y a quien se rebele, contamos con el factor sorpresa".

Se agazaparon silenciosamente en torno al jefe. Estaba en los tejados y ellos en una callejuela. Sin pensárselo saltaron sobre el jefe, que en el último momento puso el escudo ante sus agresores. Asrhan luchaba contra el jefe mientras Bencrof se encargaba de que los otros no atacasen.

Con un último ataque el jefe del clan asesino le quitó la daga a Asrhan quién calló al suelo con una horrible herida en el brazo. La daga salió disparada hacia arriba. El jefe se rió de él. Una risa burlona. Para su sorpresa Asrhan también reía. "Primera lección: no subestimes al enemigo" dijo Asrhan que vio caer la daga, la cogió al vuelo y la hundió en el pecho de su enemigo. Como habían supuesto los demás se quedaron paralizados. Su jefe y más guerrero había muerto. No tenían nada que hacer. Se rindieron y dieron sus bienes. Asrhan y Bencrof cogieron unas mayas que se las pusieron debajo de su traje y unas espadas y escudos. Dejaron huir a los supervivientes.

Cada vez estaba mas cerca las puertas de la muralla... un nuevo mundo se imponía ante ellos...criaturas... enemigos...

Asrhan rió a carcajadas sin poder evitarlo solo de pensarlo, Bencrof miró a su amigo extrañado y luego se le unió.


faltan 21 capitulos me dicen para acelerar el paso.
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por Deat Nigth el Dom Feb 03, 2008 10:27 pm

tomatelo con calma para k la historia tomo un buen curso.

pero esta interesante esperare el proximo cap::bye::
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por FERIII el Dom Feb 03, 2008 11:02 pm

Pues creo que le falta mas detalle. y en fin, no lo he leido todo pero que fueran de la taberna al bosque, donde se encontraba ese demonio de 10 metros, como si estuviera alli enfrente (-venga vamos a cazar monstruos en la parte de atras de la taberna), por no decir que se guiaron por el humo, seria mas facil ver al demonio de 10metros o su movimiento. No esta mal para ti, si practicas mas y te fijas mas en otros libros puede que se te de bien.
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por FERIII el Dom Feb 03, 2008 11:17 pm

oye, ya por ultimo, no es por chafar de verdad, pero que hubiera ratas (casi monstruos) tan peligrosas en las alcantarillas, donde al parecer habia tan facil acceso a ellas no es muy creible, la impresion que da la historia es que la has escrito sobre la marcha, sin pensarlo mucho. No te pido que te tires todo un dia para que yo este contento (seria una tonteria) pero entiende que no me moleste en venir a leerlo, para eso me termino de leer el ocho.
No desprecio tu historia, creo que es uno de los post mas interesantes y el tema mas adecuado para el foro de la taberna (un lugar para contar historias fantasticas) y no chorradas como lo de cuenta a 10mil (sin animos de ofender a nadie). Saludos y enhorabuena por tu post
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por sub---zero el Lun Feb 04, 2008 1:11 am

CAPITULO 3
Caminaron sin interrupciones durante varias jornadas. Había bandidos que les acechaban pero al ver la vestimenta guerrera de los viajantes los dejaban en paz. Los días eran tranquilos, sin embargo al empezar la noche todo cambiaba. Hacían turnos de noches mientras uno dormía el otro vigilaba alerta.

Esa noche le tocaba el turno a Asrhan. Parecía una noche sin incidentes cuando... se oyó un ladrido lejos. Asrhan sacó inmediatamente su espada y despertó a Bencrof. En la noche vieron horrorizados como les iban rodeando una manada de lobos. No se veían, solo sus ojos amarillos brillaban en la noche. De la oscuridad salto un lobo mas grande que los demás, a la luz del fuego parecía una criatura majestuosa, echa para matar, sus colmillos le sobresalían de la boca y en ellos todavía había restos de sangre. Con un rugido la manada se balanceo sobre ellos a la vez.

Fue entonces cuando una luz iluminó todo el lugar, los animales espantados huyeron a la oscuridad donde se sentían seguros. Esa luz provenía del conjuro realizado por Asrhan que alzaba su mano. "Bencrof, recógelo todo, no aguantaré mucho esta luz, se me acaba la magia..." susurró Asrhan. Bencrof no se lo pensó y lo recogió todo rápidamente. Asrhan ya no pudo más y dejó que el conjuro se desvaneciera...

Echaron a correr, los lobos ladraban tras ellos, algunas veces los alcanzaban y tenían que hacer el conjuro de luz para espantarlos. Estaban cerca de la aldea llamada Ab'Dendriel, si aguantaban un poco más podrían llegar.

Corrieron durante varias horas, la magia se les acababa y estaban rendidos, al final, cuando ya se veían las luces de Ab’Dendriel cayeron exhaustos al suelo. Asrhan entonces se dio cuenta de un detalle: los lobos llevaban rato sin ladrar, sin perseguirlos. ¿Por que?

Asrhan sonrió para sí, por fin un poco de suerte. Y notó como se le iba el conocimiento. Al caer sobre la hierba del suelo junto con Bencrof pudo ver una pierna verde con pezuñas... ....estamos perdidos......

Despertó en una jaula. Estaba echa con huesos, a su lado había una gran fogata con un caldero, y a su alrededor estaba lleno de orcos. Los orcos eran verdes con grandes colmillos que les sobresalían de la boca y curvados. Sus manos sostenían uñas afiladas y sus pies tenían pezuñas. Estaban armados con rudimentarias armas echas con huesos o robadas de sus presas.

Asrhan comprendió su situación. Estaban en el castillo de los orcos. La peor fortaleza para un humano, a no ser que fuera suicida. Bencrof tenía una herida horrible en la cabeza y Asrhan se la curó. Seguramente se abría resistido en la captura. Esa era unas cosas en las que Bencrof y Asrhan habían mejorado más: en la curación de toda clase de heridas.

Había una orca anciana que se dedicaba a echar cosas en el caldero: huesos, raíces... a su lado el jefe de la tribu orca se impacientaba por comer. Miraba a Asrhan y a Bencrof y sacaba su larga lengua para relamerse. De vez en cuando producía ruidos guturales, escupía y demás.

- Comámoslos crudos - rugía el orco impaciente. De pronto la puerta de la cueva se abrió y entraron un grupo igual de numeroso de minotauros. Eran seres asquerosos, sin pelo en la piel salvo por las largas melenas de la cabeza, sus cuernos largos y puntiagudos asustarían asta el mas noble guerrero, sus pies terminaban es gigantescos cascos de caballo capaces de aplastar a un oso de una fuerte pisada, y de sus bocas no paraba de salir una baba verde y burbujeante.
- Vaya, vaya, desde cuando no se comparte a las presas, habéis roto el pacto para vencer a los elfos - dijo el minotauro jefe con una voz amenazadora.
- No os necesitamos - rugió el orco sacando su espada oxidada pero letal.
- Que así sea - dijo el minotauro que pilló velocidad y atravesó con sus cuernos a varios orcos a la vez. El jefe orco tampoco tardo muchos en no parar de cortar cabezas de minotauros. Todo era un caos y nadie vio como Asrhan con Bencrof a cuestas huía del lugar.

Alcanzó la puerta de salida, después había un largo pasillo rocoso. Pero eso no fue lo que asustó a Asrhan sino ver como el pasillo estaba lleno de orcos y minotauros que iban a ver lo que pasaba en la sala. A Asrhan se le paralizó el tiempo, los ojos se le volvieron rojos durante un instante, alzó sus manos contra los minotauros y orcos que iban a por el y pronunció unas palabras misteriosas: Exevo flam hur. Una columna de fuego salió disparada que arrasó con todo lo que había en el pasillo. Asrhan siguió corriendo, la luz se veía a lo lejos. Casi saboreo la victoria cuando una patada en las espaldas le izo caer con el cuerpo de Bencrof. Por unos momentos se quedó sin respiración. Allí estaba el minotauro jefe, tenía una espada atravesada pero eso no parecía importarle.

Con un impresionante gorgoteo alzó sus cascos contra Asrhan que lo esquivó a duras penas y la piedra que estaba en su lugar se destrozó en mil pedazos. El minotauro lo cogió de la cintura con facilidad y lo alzó. El hedor que se desprendía de su boca era insoportable. De su boca empezó a salir sangre y dejó caer a Asrhan. La espada que le atravesaba ya no estaba en su cuerpo, si no en las manos del orco líder. Con un sablazo le arranco la cabeza. Luego se fijó en Asrhan. Se acercó a él, este sin pensárselo le hincó el cuchillo en la pierna, pero no pareció importarle. El orco alzo su espada, y se la hincó en el pecho. Asrhan se tumbó en el suelo, donde un charco de sangre lo rodeaba. Demasiada sangre se derramó aquella noche.

No iba a dejar que su agresor lo matara sin más. Con un esfuerzo sobrehumano se levantó y alzó la espada de un orco muerto. El orco sonrió, una sonrisa malévola y escalofriante. Chocaron las espadas, chispas iluminaron el lugar, el cuerpo de Asrhan vibró y se tambaleó. El orco le dio otro sablazo en la cara, Asrhan no podía ver, estaba moribundo, imágenes borrosas por todas partes, vio una mano alzándose. Con decisión alzo su espada y segó esa mano que tanto odiaba. El orco rugió de dolor, Asrhan le hincó la espada en la cara.

Gané. Se quedó apoyado en su espada mientras la sangre le cubría todo su cuerpo. Sus heridas lo estaban matando. Los orcos y minotauros lo miraban. Alzaron sus espadas...



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por sub---zero el Mié Feb 06, 2008 7:32 pm

CAPITULO 4
Asrhan miró a los ojos de los orcos. No habían en ellos expresión de odió ni venganza sino de respeto e incluso miedo. Él había matado al que había sido por unos años el jefe de los orcos, y el jefe era siempre el más fuerte de la tribu. Si alguno quería ser el jefe solo tenía que matar al jefe en un combate y demostrar que era más fuerte.

El orco mas próximo alzó su arco, acabaría con la agonía de Asrhan para ahorrarle dolor innecesario. Asrhan no quería morir pero no era capaz de vocalizar palabra alguna. Miró hacia abajo, se oyó un siseo en el aire...

Se atrevió a mirar por el rabillo del ojo, allí estaba el orco del arco con una flecha en la cabeza, esa flecha era blanca echa con plumas de un ave azul. De pronto miles de flechas como esa surcaron el cielo en busca de presas. Miedo y desconcierto. Las flechas buscaban apagar su fuego de muerte con sangre. Poco a poco fueron cayendo asta que no quedó ninguno.

Miró a su alrededor, con sorprendente agilidad fueron apareciendo elfos. Eran personas de piel muy blanca, orejas alargadas y ojos afilados, su belleza era extraordinaria. Uno de ellos se acercó a él, pronunció las palabras curativas; Exura Vita. Y de un golpe en seco lo desmayó.
. . .

Estaba en una cama, la casa donde estaba, estaba echa con árboles bellos que crecían juntos y con formas llamativas. Estaba en Ab'Dendriel. La ciudad protegida por elfos. Allí pasó unos días, por la ciudad se extendió la voz de que había matado al jefe orco que tanto ansiaban matar la orden guerrera protectora de las ciudades. Eso le convertía en héroe.

Le ofrecieron asilo en esa ciudad siempre que quisiera, le dieron de comer y una armadura plateada bastante resistente que parecía de plata. El equipo que llevaba anteriormente lo vendió y consiguió dinero para comprase un bastón de principiante. Era de una madera azul muy rara, en su extremo alto tenía una preciosa gema. Aquel bastón poseía el poder de la electricidad. Asrhan aprendería a controlar su poder con un poco de práctica.

En su segundo día de descanso se dio cuenta de un detalle; no recordaba nada de lo que le había pasado anteriormente. Fue rápidamente a ver al elfo que lo había atendido desde que había llegado, se llamaba Clyar.
- Clyar, ¿Qué demonios me pasa? No recuerdo nada de lo que me pasó hace días.
- Te borré la memoria con una poción, pensé que la guerra había sido horrorosa y que estarías así mas tranquilo.

Por alguna razón, Asrhan no estaba tranquilo. Tenía la sensación de que faltaba algo...

Y lo descubrió cuando se vio su imagen reflejada en un charco de agua. Se vio su cara, y vio también una larga cicatriz que le cruzaba la cara desde un poco por encima de su ojo izquierdo asta el lado inferior del lado derecho. Afortunadamente al ojo no le había pasado nada.

Entonces lo recordó todo. Imágenes borrosas se proyectaron ante asrhan. Y descubrió a su pesar lo que andaba buscando: Bencrof. Pregunto a todos los soldados que habían ido a la batalla pero todos le decían lo mismo: no había habido más supervivientes humanos que él, todos los orcos se amontonaron y se quemaron. Una fuerte tribu de orcos había sido exterminada, pero aún estaba el mundo lleno de esos horribles monstruos.

Sin embargo, pese a todas las lógicas ideas, Asrhan sabía que su amigo estaba vivo. En su interior sentía palpitar la vida de su amigo. Esa noche juró encontrar a su amigo.

Sin despedirse de nadie preparo una bolsa con comida y agua, cogió su equipo y su pastón, y para no llamar la atención, se puso su túnica de mago encima.

Anduvo por Ab’Dendriel, la ciudad mas tranquila. A la luz de la luna los árboles proyectaban bonitas siluetas en los lugares. Todo tenía un brillo plateado. De pronto una voz lo llamó. Una voz vieja y savia. Sin poder evitarlo echo a correr en dirección a la voz, atravesó malezas y rocas. Al final la voz volvió a hablarle.

"¿Seguro que quieres venir?"
"Claro", contestó Asrhan. Aquella voz le inspiraba lo que mas deseaba en el mundo: respuestas.

Asrhan volvió en sí. Se dio cuenta de que estaba en un cementerio. Algo le inquietaba. Las viejas historias decían que los elfos eran seres muy mágicos y que, hasta después de muertos sus cuerpos tenían algo de magia, lo que les hacía volver a la vida.

Un brazo agarró a Asrhan. Éste sin pensárselo le tiró una descarga eléctrica que izo que saltara en mil pedazos. El bastón humeó un rato. Le habían tendido una trampa. Pero Asrhan no temía a los espíritus, la necromancia consistía en utilizarlos. Se puso a repartir bolas eléctricas a diestro y siniestro. La magia brotaba de las manos de Asrhan hacia el bastón. Los esqueletos iban cayendo. Le hicieron varios rasguños pero nada más. Asta que de una tumba reciente salio un zombi. Era un elfo muerto, su piel estaba tomando un tono azulado a la vez que se iba recubriendo de moho. Asrhan le tiró varias cargas, pero el zombi tras retorcerse un poco volvía a la carga.

Por fin llegó asta el y lo cogió del cuello. Asrhan sintió su olor a podrido y el espíritu que dominaba el cuerpo. Con un esfuerzo consiguió meterle es bastón en la boca y realizó el conjuro de luz que se introdujo en el cuerpo y expulsó el espíritu. El cuerpo calló inerte en el suelo y no se movió más. Los esqueletos habían desaparecido.

La voz del hombre volvió a aparecer. Era una risa de alegría.

"Los oráculos tenían razón. El elegido ha vuelto."

Asrhan no lo entendía y gritó furioso "¡MUÉSTRATE, COBARDE!
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por sub---zero el Mié Feb 06, 2008 7:33 pm

capitulo 5
-No deberías haber dicho "cobarde"- dijo la voz-, yo luché en primera fila en guerras horribles de las que nadie ha oído hablar. Hay muchas cosas que el mundo no sabe, cosas terribles. Y yo tengo la carga del conocimiento y de la inmortalidad.

Lo dijo con mucho pesar. Una profunda agonía. ¿Por qué sufría? Según le había dicho era inmortal: el sueño humano. Pero estaba madurando y se calló la pregunta. Aquello era íntimo.

- Para que lo sepas, soy el gran conocedor del mundo. He vivido desde tiempos inmemoriales. Las criaturas ya no me atacan sino que me obedecen. Esos esqueletos te los mandé yo, para ponerte a prueba. He visto que eres el chico de la profecía. Y e venido para acompañarte en tu largo camino y enseñarte. Guiarte en el último de los casos.

Asrhan se contuvo, pero no pudo más. Y estalló en un mar de preguntas hacía el anciano. Desde cual era su nombre asta que era aquella profecía.

- Sólo te contestaré a una: no tengo nombre. El paso de los años ha hecho que olvidara mi nombre. A lo demás te lo iré mostrando con el tiempo.

Los días pasaron, y con ellos el avance del viaje. Iban a Thais, para ver si allí alguien había visto a Bencrof. El camino constaba en una llanura con arbustos y poca vegetación. Los conejos corrían libremente por el sendero. Lo más peligroso que se encontraron fue un oso, lo cual no fue ninguna prueba para Asrhan. Esa situación también había valido para conocer la técnica de combate del anciano, que se movía ágil como un elfo y certero. Se defendía con una vara de madera corriente, no necesitaba más.

El anciano le enseñaba conjuros desconocidos para el chico, le enseñó a hacer runas: piedras que guardaban el poder de un conjuro de un mago para utilizarla en una situación difícil. Le enseñó a pensar mas intensamente. A apreciar todas las formas de vida.

Una noche, Asrhan observó al anciano dormir. No dormía, sino que estaba despierto mientras su cuerpo reposaba. Cogió una piedra y la lanzó contra un árbol lejano. Inmediatamente el anciano se puso de piel de un brinco y observó en la oscuridad.

- ¿De qué temes? Le preguntó.
- De nada. Dios, me encuentro en una situación difícil. No se que hacer. Y no me pasaba desde hace miles de años.
- Cuéntamelo todo. Y te ayudaré a decidirlo.
- Es posible que no estemos a salvo. Podemos morir en cualquier momento. Lo que te voy a decir es para que estés alerta. No te preocupes por mí en cualquier momento. En fin, te lo contaré. Hay una persona que quiere matarte. Sabes que existes gracias a mí.
- ¿Cómo? ¿Me as traicionado? Por que me quiere matar.
- Jamás te traicionaría de forma voluntaria. La persona que te quiere muerto esta conectado a mí en cierta forma. Sabe todo lo que yo sé. Tenemos un lazo muy profundo. Te quiere matar... para que no se cumpla la profecía.
- ¿Qué dice esa profecía?
El anciano se lo pensó un largo tiempo pero luego asintió
- Bien. Dice así: El hijo del líder del mal, de quién por el mal será tentado, deberá decidir en que lado está, bien o mal, paz o guerra, alegría o caos, y sólo él podrá matar a los dos líderes de ambos bandos. El rey Bibiano, o... FERUMBRAS.

- Espera un momento. ¿Ferumbras? ¿Y soy hijo de quién?

El pasado de Asrhan para él era un misterio. Había sido criado por una campesina solitaria.

- Ferumbras, el mago mas poderoso de todos. Nadie sabe su verdadero nombre. Nadie sabe de donde saca su infinito poder. Han caído tres reinos ya. La gente cuenta que los derrota solo. Nadie sabe donde reside. Pero ya ha declarado la guerra al rey Bibiano.


- Mátalo. Tú eres inmortal.
- Mis poderes no bastarán para enfrentarme a él. El tiene poderes inimaginables. Podrá matarme. Solo puedes rebelarte tú. Por ahora mi misión es enseñarte. Pero mi labor aquí ha terminado. Ten fe en ti. Eres el elegido. Y no se hable más.

- Intenta matarlo. O por lo menos ayúdame. No puedo hacerlo solo.
- No pidas que mate a mi hijo. Eso no.

Y ya no hablo más.

A la mañana siguiente siguieron el camino. El anciano lo guiaría hacia Thais. Aquellos parajes eran un misterio para Asrhan.

Ahora con su mochila llena de runas de defensa y ataque se sentía mucho mas seguro. Pero eso no duró mucho pues una mano diestra se la robó. Miró hacia su alrededor. Por los árboles se movía una sombra sinuosa.

De pronto, de todas las cimas de los árboles aparecieron arqueros que les apuntaron.

-como veis. Estáis rodeados. Un movimiento brusco y estáis muertos. Seremos breves. Queremos vuestras pertenencias y nos vamos.

Asrhan no se lo pensó. De su bolsillo sacó una runa especial de color rojizo. La estampó contra el suelo y explotó contra los árboles haciendo que ardieran en llamas. Los arqueros sorprendidos saltaron de los árboles para librarse de una muerte terrible.

Asrhan siguió con su tiroteo de runas. Con solo mirar a la persona que quisiera y desear defenderse la runa salía disparada a por él. Tiró una runa verde que poseía el poder del veneno. Al principio era uno solo el que se ahogaba y moría pero al final se les unieron todos ya que se lo transmitían unos a otros. Almas perdidas, muertos innecesarios, peleas inútiles...

Asrhan estuvo alerta durante un rato. Cogió su mochila. Todos habían huido o muerto, pero sentía una presencia. Era diferente a las otras, era femenina. De entre los arbustos, una persona se le tiró, derribándolo, se revolcaron por el suelo.

Al final se separaron, y se miraron. Ella era una chica bastante atractiva, de ojos azules y misteriosos iguales que los de Asrhan, la mirada afilada y una sonrisa divertida. Asrhan no dio tiempo a contemplaciones y la paralizó.

- Mátala. Le dijo el anciano.

Asrhan se preparó para hacer un hechizo que la mataría en el apto. Pero no pudo realizarlo.

- Lo suponía. No puedes. Es una chica. Resopló el anciano y luego se rió.

Pero su risa quedó ahogada por otra risa aún más fuerte y grave. Les puso a todos la piel de gallina...



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por sub---zero el Mié Feb 06, 2008 7:34 pm

capitulo 6
La risa pilló a todos de sorpresa. Asrhan dejó el hechizo que mantenía quieta a la chica. Miró a todos lados. No había nadie. La chica no se podía mover, esa risa los mantenía a todos muertos de miedo.

De la nada, apareció un hombre de mediana edad. Vestía una túnica de mago roja y negra y sostenía firmemente un bastón de hierro al rojo vivo con extrañas formas. Hasta aquí todo era normal, sino fuera por el aura roja que había a su alrededor muestra de su tremendo poder desbordado, unos ojos de color morado brillante y una barba blanca que brillaba con un tono dorado. Toda la vegetación de su alrededor se secaba rápidamente.

Ante ellos estaba el gran FERUMBRAS.

Nadie podía moverse. Ni siquiera Asrhan destinado a luchar contra él.

- Hola, padre. Te e echado de menos.
- No digas tonterías, tú no eres hijo mío. Dejaste de serlo en el momento en el que te convertiste en asesino.
- Todavía sientes amor hacía mí. Y eso me irrita. No eres más que un obstáculo para mí, y tendré que superarlo.

Su aura se volvió negra y más densa cuando se empezó a enfadar. Lentamente anduvo hacia ellos sin tocar el suelo. Parecía no preocuparle el tiempo.

Sin previo aviso, una voz estalló en su cabeza. Era el anciano que lo llamaba desesperadamente. Parecía asustado.

- Asrhan, mi fin se acerca. Siento la muerte cerca. No temas por tu destino, deja que te guíe tu corazón. Tu viaje será peligroso, pero ante todo tómatelo como una aventura. No llores por las pérdidas, pues ya volverá la felicidad.
- Maestro, ¿Por qué me dices esto?
- Ya mismo no estaré.
- ¡Nooo! Eres inmortal. No puede...
- Calla, insensato. Esa muchacha de al lado es tu hermana. Díselo, y verás como tenéis un mismo pasado. Iba a decírtelo. Para vencer a tu enemigo deberás conocer su pasado para saber su punto débil. Para ello pregunta en Thais por Angeline. Ella te lo contestará. Ya no puedo hacer nada más por ti. Lo demás te lo enseñará la vida. Vive, Asrhan. Y no te equivoques. Tus decisiones salvarán vidas.

Asrhan no quería entenderlo. No podía asimilar aquello. Ferumbras lo observaba curiosamente. La voz siguió hablándole:

- Ahora te mandaré a Thais con un conjuro. Y a tu hermana. Queda poco tiempo. No puedo ir con vosotros, os pondría en peligro. Solo te diré una cosa más: eres mi nieto.

Asrhan se quedó congelado. Si el era su abuelo, significaba que Ferumbras era... su padre. Toda su vida deseando encontrarse con su familia... pero no de aquella manera... era cruel... demasiado para él...

El anciano se levantó de un golpe. Hizo una mueca de dolor. Romper el conjuro debería de haberle dolido. Se lanzó hacia el mago, que lo paró en el tiempo y lo lanzó hacia atrás.

Allí estaban el gran enemigo de Asrhan y su padre matándose entre ellos. Luchando por sobrevivir. Era espectacular pero doloroso. Ferumbras atacaba con su bastón con magias prohibidas. El anciano solo se defendía. Seguramente quería engañarlo y en cualquier momento transportaría a Asrhan y su supuesta hermana.

Tristemente, Asrhan vio como Ferumbras derrumbaba a un anciano. Le hincaba su bastón en el pecho y reía triunfante. Aquel momento pasó lentamente. El anciano miró a Asrhan. Le dedicó una grata sonrisa. No quería que Asrhan le viera sufrir. Por su nariz fue apareciendo un hilo de sangre...

- No te saldrás con la tuya, hijo mío.
- Jejeje, mi poder ahora es mayor. Nadie puede vencerme. Ni siquiera ese ridículo niño.

El anciano levantó las manos hacia Asrhan. Ferumbras comprendió sus intenciones y se lanzó contra él.

Asrhan vio como el anciano le echaba un hechizo verde como la esperanza. Pero detrás de aquella luz vio con horror como Ferumbras hincaba sus manos en el anciano. Murmuro un conjuro horrible que hizo que una magia pura y negra se inyectara en el cuerpo del anciano. Éste se tambaleo con sufrimiento y no se movió más. Su sufrimiento había terminado.

Ferumbras había matado a su padre. El amigo y abuelo de Asrhan. Y eso no lo olvidaría jamás. No le importaba que fuera su padre, le haría pagar lo que había echo.

Lentamente la escena fue desapareciendo de su vista... se estaba transportando a velocidad increíble...

El primer encuentro con su enemigo y había perdido su mejor aliado. Estaba claro. La muerte de Ferumbras la realizaría Asrhan, pero lo haría solo. Nadie intervendría.

A su espalda se oyó un grito...
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por sub---zero el Mié Feb 06, 2008 7:35 pm

bueno que les parecen estos 3 capitulo?
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