por rubukles87 el Jue Sep 01, 2005 6:16 am
Todo terminó cuando aquel hobbit llamado Frodo, lanzó el anillo al fuego del monte Orodruin. Orcos, elfos oscuros y demás seres gloriosos creados por el gran Melkor, fueron aniquilados. Con ellos el espíritu de Sauron se esfumó y comenzó una nueva época en la Tierra Media comandada por los Hombres que marcarían el futuro de aquel territorio. Pero yo, rubukles87, el Ainur que fue desterrado a ningún sitio por Ilúvatar, conseguí volver al mundo del ser, para continuar la obra de Melkor, mi salvador, aquel que consiguió que yo regresara. He podido inculcar un gran sentimiento de odio y desprecio a aquellos que han vuelto de la muerte para derrotar a los seres que ayudaron a los Hombres. Les he convencido de que con la ayuda de Sauron, el cual he resucitado y he rebautizado como solían llamarle en la lengua Sindarin, y con los aliados a los cuales nos uniremos inmediatamente a su clan; volveremos a implantar un nuevo mundo de perfección en Gardis, pero antes debemos conquistar la región #10 de la tierra que ha visto nacer al embrión de un nuevo poder que vengará la muerte del Anillo Único.