por Arnold el Jue Abr 14, 2005 8:55 pm
El enano se armó de valor y se levantó después de haberse fumado el último tabaco que le quedaba, y, decidido a emprender ese largo viaje. Pero tal como se levantó, se volvió a sentar en la roca donde hacia escasos segundos estaba sentado. Divisó algo en el horizonte que le hizo cambiar su decisión. Aquello, que todavia no sabia lo que era, dibujó en su cara una sonrisa al sentir su corazón latir fuerte de alegria. Aún no sabia lo que era, pero algo dentro de él, le auguraba algo bueno.
Al cabo de unos interminables minutos, aquella sombra que divisaba se hizo visible, y pudo ver con gran ilusión y emoción que se trataba de su amigo Ondin, al que creia muerto durante las escurridizas malezas del camino, en uno de los tantos ataques recibidos...
Ondin cada vez estaba más cerca, pero habia lago que había cambiado en él...