Cuarto día después del plenilunio del estío.

Emisarios llegaron a todos los imperios del clan. Parcos en palabra mas no en velocidad. Habían tardado tan solo tres lunas en repartir todos los mensajes. Y una semana después los representantes de cada imperio acudieron a concejo.

Diecisiete sillas y un trono con tres escalones. En el segundo escalón se sentaban las manos del líder. Y dos sillas estaban vacías, el regente se encontraba por lo visto demasiado ocupado para dirimir asuntos del clan… Razhiel, desde el trono, tan solo pudo negar con la cabeza al ver los mullidos cojines despojados de su correspondiente trasero que debían albergar.

A diestra del trono, se encontraba sentado Asgaroth y a siniestra Manowar. No era precisamente lo más cómodo la escalera, pero así el líder quería recordar, que ellos no podían acomodarse, ya que en ellos se depositaba gran responsabilidad. De buen grado se sentarían en esos incómodos escalones más de un regente de los diversos imperios de los Hijos de Caín.

En la larga mesa de peral se encontraban enfrentados los representantes de los imperios gemelos, llamados Zion e Invernalia. Eran llamados así por tradición ya que la leyenda contaba como dos hermanos gemelos discutieron por la posesión de una mujer. Esta murió intentado separarlos y así acabar con la disputa. Echándose la culpa uno a otro decidieron no trabajar nunca más juntos y cada uno marchó y fundó una ciudad de la que luego nacería un imperio.

En la diestra de Zion se encontraba una especie de monje, vestido con una especie de túnica negra que le cubría el rostro y el cuerpo, todo excepto una mano, la cual asomaba y se dejaba vislumbrar una mano cadavérica… un no-muerto.

A la diestra de Invernalia descansaba, ya que se encontraba (como era normal en él) en un estado casi de letargo, Wulkon. Le llamaban el Rey Durmiente, debido a que la mayor parte del día se encontraba durmiendo, mas el poco tiempo que pasaba en vela su mente era de rapaz, su osadía de felino y vergüenza… en realidad no tenía, la perdió de joven y pensó que era una perdida de tiempo volver a buscarla.

Al lado del hombre cadáver se encontraba Pililón, héroe y representante de Mogambo DC, ya que su actual Rey se encontraba demasiado ocupado intentando defender su pobre imperio de los habituales buitres que aparecen después de las batallas. Al menos Nahc ha tenido la decencia de mandar un responsable al no poder venir, pensó Razhiel, aunque aun le pasa poco, dejar de ser pacífico es jugarse el pellejo y por lo visto no han sabido arreglárselas, concluyo su razonamiento.

Era fácil pensar en ello, ya que viendo el desfigurado rostro del orco hacia poner la carne de gallina a más de un espectador ducho en batalla. La cenicienta cara del guerrero se veía roída, como si un ejercito de ratas se hubiesen ensañado con sus pómulos. Mas Khadavria reconoció en su vecino de mesa el porque de esas heridas, las esquirlas y espurnas que nacían al chocar dos metales se convertían en perfectos proyectiles incandescentes, suerte había tenido de no perder algún ojo.

A su vez, a la derecha del feo orco se hallaba el llamado Príncipe de nada, ya que poco poseía y a su vez, este poco, le era continuamente arrebatado. Pero pronto cambiaria ya que el barbudo humano era joven y osado, henchido de pecho debido al gran valor que albergaba y a nada temía. Joven promesa que no se dejaba doblegar por nada ni nadie y con semblante sereno y altivo capeaba temporales.

Un elfo resultón sobresalía de todos. Era Madika, regente de Mariklandia. Refinado hasta el hastío. Una flor blanca adornaba su oreja, y sus labios siempre sonrientes de carmín rojo pasión siempre estaba pintados.

-Hermanos aquí reunidos, gracias por acudir a audiencia. Poco tiempo queda, así me lo ha hecho saber el sagrado Caín. Debemos parlamentar largo y tendido sobre nuestro destino en esta gran partida, llamada vida. Comencemos el ritual… -ordeno el rey del clan Razhiel-

Pasándose el grial unos a otros, vertiendo gotas de sangre…

Un humo negro lleno la estancia y el secreto guardo lo que acaeció en aquella estancia.


PD: siento si no es el lugar más apropiado para colgar el relatillo, en caso de que algun moderador crea que es necesario cambiarlo de lugar o eliminarlo ningun problema :)

PD2: en preparación, El corsario y Pililón el gran temido :P

Que bonito, poeta y semental ante todo. Lastima que te gastases todos los puntos en constitucion e inteligencia y no te dejases ninguno para carisma que tus ciudades saben hacer amigos como pocas jaja.

Muy bueno el relato jaja

Jaja q grande eres xaniii. Tio a ver si sacas pronto el libro XD

Queremos mas cantares de gesta de nuestras hazañas y desventuras.No te olvides de San Sigmar el gran traidor