por Jortecus2 el Jue Ene 17, 2008 2:56 am
"Osiris se desconectó del sistema"
De pronto me encontré tecleando sola sobre una pantalla que no respondía a mis preguntas.
"Osiris se desconectó del sistema" ... no es una forma agradable de despedirse. Más bien daban ganas de tirarle a Osiris la computadora por la cabeza.
Aunque a lo mejor acababa de conocer otra de sus facetas. Después de todo ¿se puede conocer a fondo a un chico que no tiene rostro, ni voz, ni mirada? Osiris es un alfabeto en mi pantalla. Sé de él que teclea bastante rápido, que no tiene faltas de ortografía y que cuando ríe hace jejeje en vez de jaja.
No sé siquiera su nombre verdadero y, la verdad no me importa. No tenemos tiempo para perder hablando de este mundo real que no nos convence a ninguno de los dos.
No fue muy difícil encontrarnos. Que en un mismo BBS hubiera un Osiris y una Isis ya hablaba de predestinación. Y fue en una teleconferencia donde él me hechizó.
"Si me hubieras dicho en Egipto que íbamos a conversar por medio de estas máquinas malditas, te hubiera encerrado para siempre en alguna pirámide" - escribió.
Entonces fui su reina.
Desde aquel día la cuenta del teléfono subió una barbaridad. Mamá y papá intentaron convencerme de que está bien conectarse por modem a un BBS y hacer nuevos amigos, pero que la empresa telefónica todavía no tiene piedad por las nuevas tecnologías.
Les pregunté qué preferían: que desapareciera de casa todas las noches como tantos jóvenes que se juntan vaya uno a saber con quién para hacer cosas imposibles de contar, o que me quedara tranquila en casa tecleando en mi PC. Mis viejos, modernos después de todo, dejaron de molestarme y pagaron la cuenta de teléfono sin chistar.
Pasaron los meses. Osiris y yo juramos que nunca intentaríamos conocernos en la vida real.
"Se perdería la magia. ¿Qué pasa si soy un monstruo?" - escribía Osiris.
"Se supone que fui tu esposa hace tiempo, ¿acaso hay algo de ti que no conozca?"
"Sí. Nunca te lo conté, pero me embalsamaron, me disfrazaron de momia y después me morfaron las polillas. No quiero que me veas en este estado"
Tenía razón. Si nos veíamos, ya nunca podríamos conversar de esa manera. Con esa magia...
El día después del "Osiris se desconectó del sistema" llamé al BBS a la hora de siempre, esperando encontrar una disculpa de Osiris por irse sin saludar. Pero nada.
Me quedé dos horas mirando la pantalla vacía.
Lo mismo sucedió los días siguientes.
A la semana llamé al sysop y le pregunté si sabía algo de mi amigo.
- Osiris llama todos los días, pero bastante tarde, a eso de las 3 o 4 de la mañana - me explicó.
-No entiendo entonces por qué no me deja una carta. ¿No habló contigo? ¿No sabes nada?
-No ... pero aora que me lo dices, a mi también me resulta extraño su comportamiento. Entra a la madrugada y se pasea a lo loco por todo el sistema, pero no se engancha en nada. No juega, no escribe, no conversa con nadie... Si quieres te averiguo qué le pasa.
-No, no te preocupes, voy a entrar a esa hora y hablo con él.
Ese día di vueltas hasta las 2:30, y recién entonces conecté el teléfono a la computadora. Si por alguna razón Osiris había decidido ignorarme, se iba a llevar una sorpresa.
A las 3 y cuarto, en el menú del sistema vi su nombre.
Le envié un mensaje privado invitándolo a chatear, pero no me respondió. Era cierto lo que me había contado el sysop. Osiris se pasaba de los juegos al correo electrónico, y de ahí a los foros y luego a la teleconferencia como si estuviera borracho y caminara de un lado a otro sin saber a dónde ir. Lo llamé una y otra vez, pero no respondió.
Le seguí el juego algunas noches. Me di cuenta de que cuando yo entraba al sistema, se tranquilizaba un poco. Se quedaba en los juegos o en los foros, sin escribir nada, pero aunque sea no andaba saltando de un lado a otro.
Cada vez entendía menos qué pasaba.
Osiris terminó por trastornar mi vida. Perdí la noción del tiempo. Dormía durante el día, no estudiaba, no conversaba con nadie, había perdido el interés por todo lo que no fuera Osiris.
Mi vida comenzaba a las 3 de la mañana, cuando me conectaba al sistema, y terminaba cuando cortaba. Osiris siempre estaba allí. Yo lo sentñia aunque no pudiera verlo. Probé de todo para que me respondiera. Me enojé, le rogué... Pensé que quizás fuera un problema de la computadora y que él, cada noche, intentaba arreglarla sin lograrlo.
-Osiris, si me lees, aprieta la a.
-a
Mi corazón explotó, las manos me temblaban.
-¿Tenés problemas con tu computadora?, respondéme sí o no.
-No
-Entonces, ¿qué pasa?, ¿te pasa algo a ti?, respóndeme sí o no.
-Sí
-¿Me quieres contar qué te pasa? Quizás pueda ayudarte.
- ...
Nada. Otra vez enloqueció y empezó a saltar por el menú del BBS como si estuviera en una habitación y se lanzara a rebotar contra las paredes.
No logré que volviera a responderme pero aunque sea ya sabía que me leía y que podía leerlo.
Con el tiempo pudimos volver a comunicarnos casi como antes. Hablábamos por horas. Ya no se perdía por el sistema, aunque seguía evadiendo mis preguntas sobre sus problemas. Así que yo también terminé por olvidar que ya no era el mismo de antes y amé otra vez cada una de sus palabras, cada uno de sus silencios.
El Osriris de ahora era más comprensivo pero más cerrado. Prefería que yo le contara sobre mí. Me escuchaba por horas y me respondñia siempre con la palabra adecuada. De pronto se había convertido en un filósofo de la vida, como aquellos que han vivido demasiado.
Un día descubrí que lo único que me importaba era lo que estaba más allá de la pantalla, en ese mundo que no existe en ningún lugar.
-Necesito conocerte. En la vida real. Si no, me voy a volver loca - le escribí.
-No puedo...
-¿No puedes o no quieres?
-¿Cuál es la diferencia?
-Osiris... sabías que esto iba a pasar. A mí ya no me alcanza. Te necesito. Necesito conocer tu cara, tu voz, ¿acaso tienes miedo? No hay persona en el mundo que me conozca más que tu, que me comprenda más que tu, ¿crees que me va a importar si eres lindo o feo, flaco o gordo?
-En serio, no puedo. Digamos que la vida real no está hecha para mi.
-¿Qué hacemos entonces? ¿Seguimos por los siglos de los siglos comunicándonos así?
-Tal como lo hicismos siempre. Si cruzamos el tiempo y espacio para caer en este aparato diabólico, porqué no continuar en él, o acaso, mi reina, ¿quieres salvarte de la maldición que nos persigue? Ésa que dice que jamás podré alcanzarte... ésa que dice que jamás me alcanzarás.
- ¡No estoy para juegos!
"Isis se desconectó del sistema"
Esta vez fui yo quien cortó.
Pero él me buscó y no pude resistirme y todo volvió a comenzar.
Por fin emepecé a sospechar... quizás era realmente un monstruo, un engendro de la naturaleza, y el mundo virtual era el único que podía contenerlo.
Quizás era un chico de 10 años que escribía muy bien. Quizás un anciano de 80 que extrañaba su juventud.
Me desesperé. Había estado mucho tiempo amando a un extraño.
Necesitaba buscarlo. Verle la cara. Saber dónde vivía.
Así que llamé a Juan, un hacker del tercer mundo, que pasaba su tiempo libre tratando de descubrir las claves secretas de todos los usuarios del BBS, que servían para ingresar al sistema, y le propuse un desafío: hallar el acceso a la ficha personal de Osiris.
Diez días más tarde encontré en mi correo electrónico una carta de Juan.
"¡Eureka! Estuve a punto de ser descubierto, pero lo logré. " Y me pasaba los datos de Osiris, que en realidad se llamaba Tobías, su dirección y su teléfono. "Eso es todo, nena. Ahora voy a pensar cómo cobrarte."
Al momento quice llamar a Osiris, pero sabía que no le iba a gustar ni medio. Así que decidí ir hasta la casa y esperar a que saliera.
Al día siguiente le pedí el auto prestado a papá y me acomodé frente a su domicilio.
Era una casa, más fácil todavía. Me sentía como los policías de las películas yankees. Sólo me faltaba el termo con café y las rosquillas.
Estuve desde las 7 de la tarde hasta las 3 de la mañana, y en todo ese tiempo sólo salió una señora, supuestamente su mamá. Fue a hacer las compras y regresó a las dos horas. A las 20 entró un señor, supuestamente su papá y no hubo más movimiento durante el día.
No entendía... Hice guardia en la puerta de su casa otros dos días. Nunca lo vi, salvo que quien me hablara fuera alguno de esos adultos, o que el verdadero Osiris no viviera ahí, o que fuera invisible.
A esta altura ya no sabía nada.
Esos días igual entré al sistema a la madrugada, y siempre encontraba a Osiris esperándome con alguna frase graciosa.
Me enojé, como nunca me había enojado en mi vida. Me enojé conmigo misma por haberme dejado engañar. Me enojé por amarlo tanto...
Así que, sin pensarlo, volví a su casa y toqué el timbre.
Me atendió la señora de las compras.
-¿Sí?
-¿Está Tobías, porfavor?
Se hizo un silencio incómodo. La mujer me miró desconcertada y de pronto de le llenaron los ojos de lágrimas.
-Perdón...- agregué -, no quiero molestar, soy amiga de Tobías, del BBS... y ....
-Mi hijo falleció... hace un par de meses...
Me tambaleé, perdí la noción de todo, de mí, del tiempo, de los ruidos de la calle.
Guiada por la mujer, entré en la casa y me senté. Ella esperaba. Me ofreció un vaso de agua, que rechacé porque no podía tragar.
Yo sabía que todo era un error. Había hablado con Osiris, con Tobías, con quien fuera la noche anterior.
Me di cuenta. Me levanté y le dije a la mujer que lamentaba lo de su hijo, pero que me había confundido de persona.
Pero ahora la mujer necesitaba hablar y yo había caído en su trampa.
-Mi Tobías... mi tesoro... él también hablaba ahí a donde tú dices, quizás lo conocías... - dijo sin esperar respuesta - ; supongo que tendría que haber avisado en ese club, el de las computadoras, pero no se me pasó por la cabeza...
-Lo siento mucho... ¿Qué le pasó a su hijo?
-Tobías estaba en ese BBS... y... según los peritos, había un cable pelado de la computadora debajo de su escritorio. Tobi andaba descalzo, como siempre... parece que rozó el cable con el pie... se electrocutó...
-Es... es terrible, no sé que decir...
-Está bien, no importa... yo entiendo a los chicos como tu... creen que son inmortales... ¿Quieres que te muestre la habitación de Tobías?
No, no quería. No quería seguir escuchando la historia, ni consolar a esa mujer desconocida.
-Si usted quiere... - me escuché decir.
Fuimos al cuarto. Había un olor a encierro.
La mujer me mostró una foto de su hijo.
Era hermoso.
-Su hijo... Digo...¿pasó en el mismo momento que escribía?
-Sí, fue un segundo. De pronto se apagaron todas las lucer de la casa. Mi marido y yo estábamos mirando la televisión, y nos levantamos a buscar velas, no sabíamos qué había pasado. Cuando le llevamos una vela a Tobi... oh Dios... oh Dios mío...
La mujer no pudo seguir hablando. Yo tampoco.
Para no mirar sus lágrimas me puse a recorrer la habitación. Sobre el escritorio todavía estaba la computadora. Puse mis manos sobre el monitor e intenté imaginar cómo sería recibir una descarga de la computadora. No pude.
De pronto una frase escrita con lápiz en el borde de la pantalla me llamó la atención.
Y entonces me di cuenta de todo, y me fui sin siquiera despedirme porque no soportaba saber lo que ahora sabía.
"Osiris se desconectó del sistema"
La frase me martillaba en la cabeza. Me dolía. Esa noche no me animé a entrar al BBS.
Tampoco pude dormir.
Volví a conectarme días más tarde porque no podía borrar de mi cabeza la frase que había leído en esa computadora:
"Te amo, Isis"
Osiris me esperaba.
-¿¿¿Qué te pasó??? Hace días que no te encuentro - me escribió.
-Estuve en tu casa.
- ...
-¿Quien eres de verdad?
- Soy yo, Osiris. ¿Es que no entiendes? Estoy encerrado... y....
te amo
te amo
te amo
te amo.
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