por alejo master el Mié Ago 08, 2007 1:21 am
En el confuso mundo del Heavy Metal, muchas veces me sorprendo del sentido de la propiedad que existe. Los fans quieren que un grupo permanezca totalmente inalterable, aunque pasen 20 años. Muchos de esos fans incluso se toman la libertad de pensar que la banda les debe algo por comprar sus discos. Pongamos un ejemplo en el que se vea envuelta una actividad igualmente mercantilista: durante 15 años, compras una barra de pan cada día en la panadería de debajo de tu casa. La panadera traspasa el local y ponen una mercería. ¿No sería absurdo ir a esa panadera y reprocharle que, con la cantidad de barras de pan que le has comprado en todos estos años, no debería hacerte eso?
Vayamos a 1997. Se edita “Reload”, un disco –a mi entender- bueno. No es una obra maestra, cierto. No puede competir con “Ride The Lightning”, cierto. Pero es diferente. Se trata de una banda que, sin dejar de lado sus instrumentos y su estilo, decide explorar otros terrenos. Y de paso cortarse el pelo. Error. ¿Quién no recuerda aquellas entrañables cartas de fans “traicionados” a las revistas habituales del genero? Eran graciosísimas. Los fans argumentaban que METALLICA no podía hacer eso. Que eso no era METALLICA. Cuanto llegué a reírme. Y como yo, muchos que no entienden el Heavy Metal como una manera de vida. Es solo música. Comprendo que habrá individuos grises y anodinos en todo el mundo cuyo equilibrio mental depende de que IRON MAIDEN y METALLICA no les traicionen jamás. Y el día que MAIDEN fichan a un Blaze Bailey o el día que METALLICA editan un “Reload”, esa pobre gente se viene abajo.