por murtagh el elfo el Mar Dic 25, 2007 2:58 am
Aura llevaba a su hijo en brazos. Alexander estaba tan cansado que apenas podía caminar, y así se lo dijo a su madre. Aura lo había dormido cantándole una nana, y lo había llebava a la cama, en la torre noroeste del castillo. Los largos corredores de piedra estaban iluminados con antorchas, lo que hacía que la temperatura fuese agradable. Una vez llegó a la habitación, Morceron le abrió la puerta de la habitación.
- Buenas noches, mi señora. - Morceron agachó la cabeza, como era costumbre en el reino.
- Buenas las tengais, Morceron. - Aura pasó al dormitorio, corrió los doseles de la cama, y acostó al niño. Una vez lo hubo tapado con todas las mantas, besó su frente, y salió de la habitación, cerrando la puerta.
- Buenas noches, mi señora. Que descanseis, y que el demonio nocturno no acuda a molestaros en vuestro sueño.
- Lo mismo digo, Morceron. - Aura lo miró a los ojos, y se fue rápidamente.
Morceron suspiró. "Que mujer tan desdichada", pensó, y esperó el relevo.
Carl esperaba en la puerta de la enfermería. El instructor estaba dentro, expulsando a Peter de la guardia, por atacarle, supuso. Al cabo de una hora, el instructor salió, con Peter al lado.
- No ha sido nada, le he roto una ceja, y parte del hueso este - Señalo la parte superior del ojo de Peter-, nada que no pueda remediarse con unos meses de descanso, ¿verdad?
Peter asintió, silencioso.
- Bueno, yo me voy a dar parte de lo que vimos al Jefe del Cuartel. Tu, principito, forma la patrulla. Os quiero ver a todos preparados para partir en quince minutos.
El instructor recorrió un largo pasillo que iba al interior del edificio, y desapareció tras una pequeña puerta de madera. Carl miró a Peter a los ojos. Peter no pudo sostener su mirada, y se echó a llorar. Carl le dijo:
- Todo esto te lo has hecho tú, asi que carga con tus actos.
Peter dejó de llorar
- El muy cabrón...
- El muy cabrón solo hace su trabajo. - Interrumpió Carl- Quizá la próxima vez te contengas un poco.
Acto seguido, Carl abandonó la sala de espera, saliendo por el portón principal al patio de armas, donde esperaba la compañía.
- Vamos a formar.
Toda la compañía formó, y quedó el hueco de Peter.
Richard daba órdenes a su Brazo Izquierdo, Nathan. Señalaba la ciudad fronteriza de Prestonburgo en un enorme mapa extendido sobre la mesa.
- Tú comandaras el ejercito encargado de asediar Prestonburgo. Si atacamos pronto, podremos matar al hijo de Andrew, ese tal...
- Carl, mi señor. - Terminó Nathan.
- Exacto, ese mismo. Recuerda, no dejeis piedra sobre piedra. Quiero impresionar a Andrew.
Vaultier esperaba las órdenes del emperador. El era su Brazo Derecho.
- Y tú, Vaultier, avanzaras al interior de Buras, y cuando empiece el asedio de la capital, y el ejército de Absul y el de Nathan estén luchando contra el ejército de Andrew, barrerás a los dos, uniendote a Nathan por la retaguardia de Absul. Aunque la tenga bién protegida, no tendrá nada que hacer.
- Está bién, mi señor.
Richard sonrió.
- Una vez hayamos eliminado el grueso del ejército de Absul, y eliminado la resistencia de Buras, todo el continente será nuestro. - Richard soltó una risotada, y, en un arrebato de furia, clavó su cuchillo sobre la parte del mapa que señalaba la isla del trueno, y gritó - ¡Y entonces tú, Kajind, no tendrás más remedio que rendirme tributo, si no quieres que te aniquile! - Suspiró - Podeis retiraos. Tened el ejército listo dentro de tres días.