por Arnold el Vie Mar 18, 2005 5:14 am
entonces la mujer, cogió la escopeta y se lio a tiros con los asesinos y los dejó a todos fritos.
Cuando acabó, fue a ver a Carlitos, que estaba llorando desconsolado, mirando uno de sus bolsillos rasgados de la camisa, donde solia tener el medallón que le dio su madre sacerdotisa de Heiseflar antes de morir.
Entonces, lleno de rabia, se levantó, se subió los pantalones y,...