por mage el Dom Ene 11, 2009 8:08 pm
Capitulo Uno
El Concilio
-Basta!!
El grito hizo eco entre el ruido en la sala, haciendo un silencio repentino entre el barullo existente, mientras las miradas confusas buscaban a quien habia hecho callar a sus dueños.
-Basta!! es que no entendeis que debemos detener esta locura? esto no es guerra, es una masacre.
El hombre siguio con una voz demasiado energica para su azulado aspecto, ese aspecto azulado propio de la gente del norte, de las tierras altas y frias.
-Joven Ice, comprendemos que los horrores de la guerra son nuevos a tus tiernos ojos, pero debemos eliminar todo rastro de los rebeldes. Aquellos paganos y sus viejas costumbres no pueden seguir corrompiendo a los fieles!
-Consul Jortecus, la guerra no es algo nuevo en mi camino, tan solo no soy capaz de comprender como sois capaces de derrochar tanta sangre. Estamos arrasando con pueblos enteros de gente inocente para encontrar a un par de rebeldes entre toda la poblacion. Nuestra propia sangre es derramada cada vez que ellos desarman una caravana en una emboscada. Debe haber otra manera, le tenemos declarada la guerra a un grupo tan minusculo que nunca podremos acabar sin pasar por encima de nuestro propio pueblo por completo!
-Que propone entonces, principe Ice -Dijo otro hombre sentado a un lado del Consul Jortecus-
-Deberiamos dejarles organizarse, para que se reunan, y una vez teniendolos a todos juntos, dar el gran golpe.
-Esta ud. Loco?!! No comprende que si se organizan podrian organizar una revuelta de proporciones?. Ademas, no tendriamos como saber de sus acciones, no tendriamos la informacion de inteligencia suficiente para dar ese supuesto gran golpe!.
-Primero que nada, General Mapache, dirijase a mi de otro modo, no esta hablando con su peloton. En segundo lugar, primero tendriamos que infiltrar a un espia.
-A una, espia -replico una preciosa jovencita desde la puerta- las mujeres lo hacemos todo mejor, mucho mejor.
-Como sea Elfa, necesitamos a alguien dentro, alguien que pueda mantenernos informados.
-Yo podria hacerlo, no es muy dificil siendo lo suficientemente astuta.
-Tu? Lo siento, pero no podemos correr el riesgo de perderte.
-Como? aun no salgo de casa y ya me dan por muerta? Que motivante.
-No es darte por muerta, te considero muy capaz para la mision, pero te necesitamos aqui, a la cabeza de los espias -dijo Ice, en tono de orden-
La joven se retiro de la sala, con una actitud casi de desprecio.
Al otro lado de la ciudad se mantenia otra reunion, sobre el mismo tema, pero con otros actores.
Una casucha y una mesa redonda albergaban a seis hombres y una dama con ropas demasiado suntuosas para vestirse en un basurero como ese. Uno de los hombres que parecia tener unos 35 años, vestia un habito negro, maltraido con el pasar del tiempo, pero con unos detalles en rojo y violeta que la mantenian preciosa. Los otro cinco tipos vestian semejante, con la diferencia que cada habito se distinguia con diferentes combinaciones de colores.
-Princesa Narat -dijo el hombre de insignias rojas- agradezco de corazon vuestra presencia, y entiendo que nuestro actuar para con el pueblo no es precisamente el mas adecuado, sin embargo, no es causa nuestra, bien sabe que evitamos lo maximo posible el asaltar caravanas, pero es la unica manera que tenemos para subsistir y a la vez, mantenernos seguros
-Entiendo perfectamente Mage, pero es necesario detener esto de alguna manera. He hablado con mi esposo, en este mismo instante debe estar intentando convencer al concilio de dejaros actuar, proponiendo que se les permita organizarse para luego dar un golpe definitivo. Intentaran infiltrar un espia, creo que lo mas prudente seria permitirlo.
-Un espia? -Respondio sorprendido el hombre con las insignias en un azul metalico
-Si, un espia, esta todo arreglado, aunque ni ella ni hielo lo sepan.
---------
En comparacion con el otro no tiene mucha emocion, pero ya veran como se desarrola la historia
espero les guste
El Ultimo Frikimago
Tabernero Desde -->Jue Feb 10, 2005 10:24