Érase una vez Chuck Norris conquistando una ciudad, repentinamente en el fragor de la batalla, el silencio se hizo, todos soldados enmudecieron ante la presencia de un pequeño corderito muerto que yacía en el ensangrentado terreno, Chuck Norris inmediatamente paró la batalla con tan sólo un ademán, se acercó despacio y solemnemente hacia el corderito, lo acogio entre sus brazos, lo acercó a su rostro y le frotó repetidas veces con la barba, inmediatamente el corderito se retorció y volvió a la vida, luego lo llevó frente a todos los demás soldados y ante los admirados ojos de los enemigos LANZÓ UNA PATADA GIRATORIA lanzando al corderito por los aires!!
Moraleja: Lo que Chuck da, Chuck nos lo quita.

(Por cierto Chuck Norris ganó esa batalla)