Cuantas veces no he viajado en un tren.
En cuantos vagones y con cuanta gente no me he cruzado.
Cuantas historias, emociones y formas de vivir habrán tenido.
Si por cada una de esas personas hubiese hecho escrito una canción, me faltaría el tiempo para escribirlas, habilidad para tocarlas y voz para cantarlas.
Mas no, cada que viajo en un tren lo hago sin pensar en ellos.
Con frecuencia me dejo envolver por la soledad que siempre me acompaña.
Y mis pensamientos egoístas responden a viajar sin compañía.
Y solo pienso, en resumen, en mí, en ELLA y en ELLA y yo.
Momentos como este salen sobrando.
