por drad el Dom May 24, 2009 10:17 pm
so cagones, si postean arto despues de este les pongo el ke sigue, y mañana otro, pero esperen nada sin posteos xD aunke ahora ke lo pienso.. 7 y 8 juntos porke 8 es enano y 7 gigante xD
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Capitulo 7
Habían pasado tres agotadores días desde que Mario y Anhe de Urdes llegaron al castillo, y habían comenzado el entrenamiento de Isabel. Pero hechicería e infantería no eran las únicas cosas que ella debía saber. Como parte de la nobleza, debía ser muy educada y recibir clases de “refinamiento”, las cuales tomaba a la par con sus primas. Además, era su deber saber leer y escribir en los siete idiomas que tenía Isob, también saber hablarlos a la perfección y ser capaz de asimilar cualquier cosa en las mismas. Su rango exigía que fuera la mejor en matemáticas de la familia, ya que su padre fue uno de los mejores y su madre le igualaba. También era importante que supiera tocar un instrumento y cantar, que dibujara y pintara con todas las técnicas y que tuviera algo de coordinación. Isabel cumplía con todas, excepto la coordinación, era muy torpe con sus brazos y piernas.
Ya eran las cuatro de la mañana, Isabel llevaba siete horas de entrenamiento intensivo. Se sentía estresada, su abuela realmente no la dejaría descansar hasta que la viera derrotada e inmóvil.
-Ya basta por hoy- dijo Mario
-Duerme- corroboró Anhe
-Pero… Ustedes saben que impuso mi abuela- respondió Isabel poco convencida
-He dicho que duermas, es parte del entrenamiento saber cuando descansar. Debes prepararte, en dos días saldremos de cacería- terminó Mario, cogió a Anhe del brazo y se marcho
Isabel no lo pensó, se fue a su pieza y durmió hasta que despertó por hambre, justo una hora antes de salir.
Anhe le había obsequiado una túnica blanca y Mario le había otorgado una espada mágica, el armamento de un militar.
Isabel se vistió, cogió el arma y bajó al gran comedor, donde no había ni un alma. Luego apareció Fresia, la cocinera, quien le dio la comida necesaria para alimentar a todos los nobles del castillo –unos treinta- el cual Isabel devoró en media hora.
Cuando quedaban dos minutos para la salida, cogió de la mesa del comedor una roca negra, la cual se hallaba en la parte inferior de esta en su puesto. Tomó la piedrecilla entre sus dedos y se la puso en el cuello, adhiriéndola a una cadena de plata. Bendijo y llamó a los ancestros, rogó que fuera algo bueno y se marchó del desierto comedor, el cual contaba con una larga mesa y treinta puestos de madera oscura.
-Maestro- dijo Isabel mientras se reverenciaba
-Aprendiz- respondió Mario con un gesto de aprobación
-¿Dónde está Anhe?-
-Ella esta con los caballos… ¡Yo quiero el blanco!- bromeó Mario, soltando una risita
Al encontrarse con Anhe, notaron que todos los caballos eran negros azabache, y envueltos en su negrura cargaban las monturas y unas mantas para dormir.
-Jaja, esto no me lo esperaba- decía y reía Mario –tres caballos negros-
-Es una misión secreta- dijo Anhe reprochándole –Tu querías tu corcel blanco, ¿No?- terminó mientras reía
La única seria era Isabel, quien notaba que iba de blanco y que, si iba en caballo negro y era una misión, resaltaría demasiado.
-Hem…- empezó Anhe –Isa, ¿No sabes cambiar el color de tu túnica?-
-No- contestó en seco la interrogada
-Pues… Aprende ahora, repite “Ascharlexten”- ordenó la maestra
-“Asch..char..lex..¡ten!”- pronunció Isabel, sin obtener resultados
-Todo junto y mueve tus manos, mira tu ropa, dilo con fuerza- ordenó rápidamente Anhe
-¡“Ascharlexten”!- dijo Isabel mientras tironeaba su prenda y notó que de blanca paso a negra
Ya estaba lista, solo faltaba irse y comenzar la misión, de la cual no tenía conocimiento.
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Capitulo 8
Llevaban siete días de camino, habían cruzado el bosque Tebor, el Desierto Mitha, El Oasis del Engaño y el Pantano Velros. No sabía a donde se encaminaban, pero ya no le apetecía saber. Isabel ya estaba adecuada a seguir a los caballos negros de lejos, puesto que Mario y Anhe eran muy ágiles con la montura.
Pronto Isabel se encontró con sus encapuchados maestros.
-Vamos a cruzar un río...- dijo Mario
-...llegaremos al pueblo Hunett...- continuo Anhe
-...allí dejaremos a Brizo, Trinco y Nora...- siguió Mario
-...luego cogeremos dragones rojos y iremos hasta el castillo Faerico...- dijo Anhe
-...en Faerico mataremos a Federico V, a los dos generales de infantería y a las princesas...- seguía Mario
-...luego entrara el ejercito de Hunett...- dijo Anhe
-...y se acaba.- terminó Mario
Isabel comprendió de inmediato a que se referían con "se acaba". Era una lucha de poder, y seguramente ella tendría mucho trabajo sucio, pero no le importaba.
Ya acomodados entre unas rocas, se dispusieron a dormir, el día siguiente sería muy largo.
Drad Confused Duredspar Terrón