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Decidí internarme en aquel bosque, supuse que nadie me encontraría entre sus densos ramajes. Caminando con temor, pero sin sentido me vi en medio de grandes árboles con copas pomposas de hojas, ramas y ruidos extraños de animales; quizá conejos, búhos, o hasta lobos pensé, sin darme importancia alguna de mi suerte, sentí que el caminar mar adentro me daría mi respuesta.
Extrañamente de la nada surgía una especie de bruma (bruma que me hacia recordar mis viejos escritos, esos que nunca termine por alguna razón, y que siempre trataron de mi lado triste de la vida; pensé en ese momento, que nunca logre escribir algo diferente de ello… mi mente no tenía la suficiente capacidad de imaginación que para sentimientos de tristeza, dolor, y penumbra), y como tal, rápidamente me vi envuelto en ella, no podía ver más allá de mis manos, incluso con esfuerzo lo hacía; de nuevo con el presentimiento de que más adelante encontraría la respuesta a lo que buscaba seguí.
Sin esperarlo, tropecé con una gran roca, algo distinta creí; en un pequeño instante esa espesa bruma se empezó a disolver como gotas de agua en el suelo, dejando lugar a eso que no pensé encontrar, a eso que removía mis más profundos temores… Aquel mausoleo solo podía significar una cosa, mi final. Me dirigí a una tumba en especial que llamo mi atención, estaba cubierta de ramas y hojas, al descubrirla, sentí como mi corazón paraba por unos cuantos instantes, era la tumba de mi padre, de quien no había oído hablar en más de 14 años. De ese ser despreciable que me abandono; pero que al fin y al cabo me dio la respuesta que encontraba.
Sin saber en qué lugar estaba, sin saber qué rumbo tomar ahora decidí irme de ay. Pensando en si estaba en el rumbo correcto o si me internaba y me perdía más en el denso bosque camine por horas; quizá la falta de comida, y la sofocante sed que me aborrecía en el extraño calor que acompañaba los arboles, comencé a escuchar una pequeña música, muy melodiosa que rápidamente me envolvió y me hizo olvidar todos mis problemas, empecé a reír imaginando que por el delirio comenzaría a ver elefantes rosa o pequeñas ardillas radioactivas correr, incluso grifos comiendo alpiste o algún fénix colocando un huevo, pero no fue así.
Al cerrar los ojos, sentí como un ser extraño se colocaba a mi espalda, respirando profundamente en mi nuca, el aire que emanaba era dulce, muy tierno a decir verdad. Sin abrir mis ojos, gire quedando (o eso pensé), frente a esa persona. En un descuido sentí como los labios de ella acariciaban mi mejilla hasta el punto en que recibí un beso. Abrí mis ojos lentamente, y sorprendido vi como ella sonreía frente a mí.
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Fue lo unico que se me ocurrio en el momento, igual queria participar, si no puedo, pues ya van...
