por lord_alvar el Jue May 12, 2005 6:16 pm
Era una casa pequeña. Había sido construida con ayuda sus amigos, aquellos que hicieron en su corta estancia. La pequeña casa se encontraba en las afueras de la ciudad, aislada del resto, en plena tranquilidad. Siempre habían estado contentos de eso, aunque otros no lo comprendiesen. Durante algun tiempo, esa casa fue su refugio, un lugar maravilloso donde se sentia muy bien. Pero ahora, no la traia mas que lamento y tristeza. Aun así, seguia siendo su hogar. La joven, con un un cabello tempranamente blanco, se encontraba frente a la puerta, con la mirada perdida en la legania. Despues de lo que había hecho, no se sentia capaz de volver con los suyos, ademas, aun no había sido capaz de olvidarlo.
Con la mente aun perdida en sus pensamientos, entro lentamente en ese antiguo refugio de paz que había llamado hogar. No se veia capaz de hacer nada, solo queria descansar, lo necesitaba despues de lo que habia sucedido aquella noche, queria alejarse del mundo tanto como le fuese posible. Fue directa a la habitacion que habían compartido, el unico lugar que queria olvidar, pero el unico que le traia descanso. Se tumbo en la cama, y no hizo nada mas...
Ay estuvo durante días, sin comer nada, pero la daba igual, al fin y al cabo, un dragón puede pasarse meses enteros sin comer, y tampoco tenían la noción del tiempo igual que la de los humanos.
Una semana despues, la sombra de una persona se proyecto sobre la puerta. La figura parecia dudar en sus actos, avanzaba con apsos inseguros, entorpecidos por la armadura e cuero azul con la que se vestía. Entro lentamente en la casa, recordando los momentos que vivio en ella, sin poder evita que una leve sonrisa se dibujase en sus labios. Se arrepentia de lo que habia hecho, algo que nunca debería haber sucedido. ¿aquien intentaba engañar? No lo hacia. No se arrepentia de sus sentimientos, solo de huir de ellos. Estuvo una semana entera bagando sin rumbo fijo, pero siempre volvia a las cercanias de esta ciudad. Notaba que algo tiraba de él, pero no sabia que o quien podia ser. Por fin se atrevió a entrar en su antiguo hogar.
Fue una gran sorpresa para ambos encontrarse alli. Ninguno lo esperaba, y ninguno se alegraba del encuentro. Querian olvidarse de todo lo que habia pasado en los ultimos meses, a pesar de que sabian que nunca podrian olvidar lo que merece la pena recordar.
Él no lo comprendio hasta ahora. Era ella. Ella lo habia estado llamando, era ella quien lo atraia noche tras noche a aquel lugar que tanto maldecia...... No, no lo maldecia, no podia seguir negandose a si mismo.
Se acerco lentamente a la cama. Los ojos del uno evitaban los del otro, en un vano intento por dominarse. Al fin sus ojos se encontraron, no pudieron negar lo innegable. Al igual que habia pasado una semana atrás, sus mentes se cruzaron, sus cuerpos se tcaron. No podian evitarlo. No podian evitar sus sentimientos. No podian, ni tampoco querian.