Cristales de Bohemia - Retrospectiva I
- Donde crees que vas! - dijo el joven pálido mientras le aprisionaba el brazo a Mafioso
- A buscarlo, no pienso dejarlo irse así! - contestó, y con un tirón se deshizo del agarre sin voltear, yendo directo a la puerta
- Como si fuera a escucharte, razona tú por lo que no lo ha hecho él! - le inquirió Narat interponiéndose en la entrada
- Mira quien me pide que razone, ayer tuvimos que encerrarte para que no fueras tras Hielo... - respondió Mafioso sin pensarselo dos veces.
El sonido de la palma sobre el rostro de Mafioso hubiese sido la respuesta instantanea en otro momento. Pero los ojos rabiosos y a punto de desbordar en lágrimas fueron el reemplazo de la cachetada por parte de la joven, que siguió apostada contra la puerta.
- Terminenla de una vez, será mejor esperar que regrese el maldito Eidha - les dijo tajante la joven de ojos almendrados mientras arrugaba el pergamino que leía hasta ese entonces
- Pero si no regresa no sabremos que hacer - intervino uno de los presentes, desanimado
- Regresará y punto, si no confiamos en él las cartas ya estan echadas... - le contestó
Las palabras parecían ser recibidas por oidos sordos, pero muy a pesar de todos, sería lo más sensato que pudieran hacer a estas alturas. Gil se sentó sobre el sillón y cerró los ojos tratando de vaciar su mente por un instante y relajarse. Mafioso se dirigió una vez más a la biblioteca para terminar de traducir las últimas runas de la Cantata y Narat se cersioró que las barreras estuviesen funcionando sin problemas. Los demás se retiraron a intentar descansar.
A la hora, Narat entro y vió que Gil se había dormido sentado. Lo cubrió con una manta y se sentó para luego abrir el pergamino que la joven había dejado casi hecho un bollo. Vió las figuras en él y la vista volvió a nublarsele.
- Respecto a lo de hoy...
- Lo se Mafi, tus frases reflexivas me tienen harta las vengo escuchando desde hace tiempo
- Será que te digo lo que no queres escuchar
- Puede ser que no vivan sin discutir ustedes dos? Ni que fueran hermanos, ya dejenme seguir durmiendo.... que va, Narat preparate un te
- Es que le encanta hacer de hermano mayor, y se olvida que es el pequeño de la casa - dijo Narat con media sonrisa mientras disponía la pava sobre el fuego
En aquel instante la puerta se abrió abruptamente, sobresaltándolos. Era Eidahan que llegaba muy maltrecho y no atinó a agarrarse de nada que se cayó, si no fuera por el despabilado Mafioso que alcanzó a agarrarlo y ayudarlo a sentarse.
- Espero que hayas terminado la cantata, se nos acabo el tiempo...
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espero que no venga ningun "quisquilloso" a preguntar quienes son los que no tienen nombre, sino se pierde la magia xD. No es mas largo porque no estoy escribiendolo en word, sino directo en la taber, asi que hasta donde llegue escribi y postee adeux n.n