por Nashita el Mar Ene 05, 2010 5:14 am
El Espíritu del Bosque
Amaneció y el sol pegó como pocas veces aquel verano. Corrió su cabellera negra hacia atrás con un poco de agua y se cambió rápido. Ni ganas tuvo de desayunar aquella mañana, por lo que se despidió de su madre con un beso en la frente y una palmada cortez sobre el hombro de su hermano menor. Llegó hasta la puerta, pero las palabras de su madre lo detuvieron:
Mafioso: si mama, lo se, no me tardo. Cuando vuelva te ayudo en el mercado.
Rodrigo: hoy me toca llevarme los caballos, ayer estuviste todo el día paseándote con tus amigos
Mafioso: lo que digas, lo que digas... pero cuando aprendas a competir como yo hablamos
Cerró la puerta antes de volver a escuchar los reproches de su hermano. Calzó la alforja al hombro y emprendió camino a ver los resultados en la Antigua Academia. Cada paso que daba lo acercaba a lo que le deparaba el futuro. Sus dudas no valdrían ni migajas ante el número que dispondría el Jurado. El Destino en él estaba dibujado en tintas negras y sellos de cera.
- Hey Mafioso! ¿A dónde vás? ¿No piensas entrar hoy? -
Desde el otro lado de la calle, un pelirojo cruzó de una Taberna hacia él mientras llevaba a rastras un laud.
- Otra vez sacando a pasear a lucio, Eidahan? - Mafioso le contesto con una sonrisa mientras se saludaban
- Sabes que siempre aprovecho los ratos libres para ir a este antro y tocarles algo – le contestó afable
- Me temo que se me hará imposible acompañarlos hoy, estoy yendo a la Academia y luego debo ayudar en casa
- ¿Y a la noche?
- Podría ser...
- Anda no te hagas rogar, te cuento no se dice mas, sino traigo mas cabeza duras a convencerte
- No hace falta! Es imposible hacerlos cambiar de idea a ustedes. Me las ingeniare para venir
Ahi nos vemos entonces!
- Adios... - Eidahan vió como se alejaba, y marchó a esperar que cayera la noche.
Siguió camino, pateando alguna que otra piedra que se interponía. Faltaban unos pocos metros cuando le pareció ver entre los árboles alguien observándolo. El viento le revolvió los cabellos y obligó a pestañear un par de veces. Esta vez si pudo comprobar que alguien estaba tras él. Apresuró el paso y pasó de largo las listas que los jóvenes miraban con atención.
Las veces que volteó la mirada veía como aquel ser sombrío se le acercaba cada vez más. El acelerado corazón acompañó el rápido subir de las escaleras. Abrió la puerta de la biblioteca y terminó estampándose contra alguien que intentaba salir, cayendo de bruces.
- Disculpe usted no lo vi.
El ritmo acelerado se incrementó al ver aquella figura frente a él. Cómo demonios había llegado hasta ahí no lo sabía, y lo peor, estaban solos. Gil descubrió su rostro apartándose la capucha.
- No es nada, ya es costumbre que lo hagas Mafioso
No pudo pronunciar palabra exhigiendole de dónde sabía su nombre. Intentó levantarse pero un mareo le ganó de mano y le nubló la vista. Lo último que vió fue una media sonrisa de aquel desconocido y unos ojos que lo miraban con demasiada nostalgia tal vez. La alforja rodo escaleras abajo, y unas manos ajadas la detuvieron al final del camino. Subió con ella la escalera y la dejó al lado del joven. Se arrodilló y posó su mano sobre la frente de Mafioso para decir unas cuantas palabras irreconocibles.
- Bienvenido...
Gil volvió a incorporarse para marcharse de aquel lugar. A medida que se acercaba al ventanal su figura se transformaba en una brisa endiabladamente verdeazulada. El viento se lo llevó de aquel lugar. La mañana siguió su curso, el sol debía terminar su paso diario y al anunciarse la luna otra vida mas estaría jugando con El Destino. Una vida de un joven que aún yacía inerte sobre lo único frío de aquel día de verano: el piso de mármol.
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to be continuará xD
Cansado de buscar un trocito de cielo lleno de peros... y a deshora sale el sol iluminando una esquina y alumbrandome el día. Donde están los besos que te debo, en una cajita, que nunca llevo el corazón encima por si me lo quitan...