por Nashita el Lun Ene 11, 2010 5:20 am
Memorias en Blanco
- Hey Mafi!... ¿¡Mafi qué haces aca?!
Aturdido por la voz del adolescente que lo samarreaba, no le quedo otra que volver en sí. Cuando lo hizo, se dió cuenta que estaba en el suelo, sin saber porque y con una terrible jaqueca. Se incorporó con la ayuda de Felix que le alcanzó la alforja.
- Que cara que tienes Mafioso, y eso que aún es temprano para beber... a poco ya te pasaste por la taber?-
- No sería raro que empezara a festejar antes de tiempo - le respondió Amunera que recién llegaba
- Creo que hoy no es un buen dia para festejar, lo siento chicos - contestó mientras se colocaba la alforja al hombro y sentia que la presion en su cabeza disminuía
- Diablos, debe ser la primera vez que te escucho hablar tan amable. Estas de los primeros en las listas de ingreso, ya puedes soñar con ser todo un Erudito en la Academia, y eso se festeja!
- Olvidalo Amu, él será feliz mientras lo dejen colocarse en el Ala Oeste donde están las mujeres jajaja
Mafioso rió, dejó de pensar en como había llegado hasta las puertas de la biblioteca cuando lo último que recordaba era ir caminando a ver las notas. Definitivamente debía hacer efectiva la promesa a Eidahan de ir a la Taberna, buenos tiempos llegaban y se debían festejar.
Se escucharon unos pasos en la escalera. La figura de unos profesores se asomaban. Llevaban el característico uniforme de la Academia: camisas verdes y pantalón o polleras grises. El escudo sobre el brazo derecho les distinguia el rango y materia. La primera en llegar al primer piso fue la mujer. Su cabello azabache recogido en una media trenza hacia juego con sus ojos. Aquella mirada parecía calar hasta los huesos si uno la miraba fijo. Una voz que parecía hipnotizar salió de sus labios:
- Buenos días jóvenes, espero que disfruten el verano, ya pronto se acaba la diversión
- Buenos días Maese Dekagor, Maese Chaman - respondieron los jovenes
- Amunera, no olvides traerme el volumen III de los hechizos arcanos drow, lo utilizaré para la clase de inicio - dijo Chaman dirigiéndose al joven en particular. Su poblada barba cortada en perfecta armonía con su quijada, apenas parecía moverse cuando articulaba las palabras.
- Si Maese, esta tarde lo dejo en su escritorio.
- Me han echo recordar que aún no he elegido mi ayudante adscripto, profesor, sería bueno que me recomendara algunos alumnos avanzados
- Con su permiso jovenes, nos retiramos
Los tres hicieron la misma reverencia que cuando habían llegado los profesores. Esos ceremoniales eran algo rutinario como respirar, y a pesar de que a mas de uno le molestaba, terminaba haciéndose habito al fin de cuentas.
- Yo sería ayudante para toda la vida de Maese Dekagor - comentó por lo bajo Felix observando como se alejaban
- Y en cambio este anda de ayudante de ese viejo loco - dijo Mafioso mirando altivamente a Chaman
- Oye! No todos los años tienes la oportunidad de aprender tanto de Elfos Drow!!
- Pues yo sere el mejor en Tácticas y Estrategias
- Claro, asi Maese Dekagor te felicita y tu ya eres feliz, ya Felix vete a cantarle serenata
- Y hablando de serenatas ....
Las puertas de la biblioteca se abrieron. El profesor de Protocolo y Diplomacia se despedía cariñosamente de su ayudante, que se dirigió al grupo ni bien los atisbo. La joven de cabellos castaños y sonrisa constante les guiñó el ojo
- Hola chicos, ya están festejando el ingreso?
- Y tu deberías estar menos a los arrumacos en público con Maese Hielo no te parece? -
- Mas respeto a tus mayores Mafi, yo ya estoy en el último año y tu apenas ingresas -
- Es lo mismo, sigues siendo alumna, y bastante indecorosa por cierto
- Bueno, habló el chico fácil. Como te gusta hacerme enojar - Narat le pegó un coscorrón a Mafioso como era de costumbre.
Pero no fue normal lo que a consecuencia, le pasó al joven. Automáticamente vió como la figura de Narat cambiaba por un desconocido, cuyo rostro apenas se veía bajo la capucha. Unos ojos verdes apagados lo miraban. Una mano de piel gris y aspera al tacto se posó sobre su frente y comenzó a escuchar gritos desesperados a su alrededor. Un llanto de alguien que parecia, le habian arrebatado lo más preciado, le aturdió de tal manera que sintió oprimido el pecho. Todo paso en un instante, y así como sucedió, la realidad volvió a él.
- Hey no te pongas asi, solo fue una broma Mafi, además tú fuiste quien empezó - le dijo Narat
- Me tengo que ir, nos vemos luego
Mafioso apuró el paso escaleras abajo. No miró a nadie y salió de ese lugar como un ladrón escapa con el tesoro ya bajo su poder.
- Oigan que le pasa, esta raro...-
- Yo me lo encontré tirado en el piso hace un rato
- Felix que decis, como que en el piso?
- Si pero pense que estaba borracho festejando desde temprano
- Ni modo, siempre fue raro - contestó Amunera arreglando sus libros
- Decir las cosas de mala manera no es ser raro - dijo Felix
- Cierto, además esa mirada, parecía que le caía la muerte
- Le habrás pegado muy fuerte tonta
Los jóvenes continuaron dialogando y riendose. Afuera el sol no dejaba de asotar con sus rayos, y a medida que se acercaba el medio día aumentaba más y más la temperatura. Sin embargo, los pelos de la nuca encrispados y la tez más blanca que lo normal en Mafioso no coincidían con la panorámica general. Aquella mañana había comenzado extraña, y se había puesto peor. Esta vez no se desvaneció y el dolor de cabeza no se presentó. Pero las imágenes y las voces de aquel segundo, parecían no querer borrársele ni por un instante de su cabeza...
Cansado de buscar un trocito de cielo lleno de peros... y a deshora sale el sol iluminando una esquina y alumbrandome el día. Donde están los besos que te debo, en una cajita, que nunca llevo el corazón encima por si me lo quitan...