por LY el Mar Nov 22, 2005 7:47 am
DIA 6
Bueno, la guerra con CTA está siguiendo una tendencia irreversible. Las ciudades caen una tras otra, en manos de nuestros campeones. Desde la última vez que escribí, han caído ¡10 ciudades! de CTA, en manos de los materos.
Volví a acompañar a Dardo al Concilio. Un tipo flaco, alto, de firme mirada, anunció que iba a pelear contra los pibes de TYM. Que iba a ser un honor encontrarnos en batalla.
Todos miraron a Dardo, esperando una protesta como las que fatigaban el Concilio: “Que 2 contra 2, que 3 contra 2, blabla bla”. ¡ESTO ERA UN 3 CONTRA UNO!
Pero Dardo levantó su vista, sonrió a Stongeins (el parco lider de LXG), y le dijo: “la sangre y la muerte templarán nuestra amistad”.
La incredulidad se apoderó del Concilio. Ocobriga se desgarraba las vestiduras, mientras Legión de Venus nos observaba con una curiosa mezcla de odio y admiración (¿y deseo inconfesable?). El lider de LXH y un viejo soldado, que había sabido pelear para GDI, miraron a Stongeins, y se santiguaron.
Todos sonreimos, exultantes. Mas jornadas en extrañas y lejanas regiones, batallando, quemando, siendo complacidos por mujeres de nalgas cobrizas y aros sagrados en los pezones, mientras en casa, en la 30, las hembras enseñan a los niños historias sobre sus padres, o directamente las leen en el colegio, en libros de otros clanes. “¿Madre, es cierto que Dardo ha vuelto de la muerte?” o “Abuela, ¿Dragoner come a los niños?” y quizás “¡Cuéntame de vuelta el ataque de “La noche de los nueve insomnes”! ¡La última vez, madre, y me dormiré!”
Mis hijos me mandaron un dibujo en el que mido como dos hombres, ¡hasta ellos nos mitifican!
En los colegios de la región 30 se ha prohibido hablar de la guerra: ¡los niños por centenares tratan de migrar a la región 27, para sumarse a los Ejércitos Materos. Tuvo que volver Anarking, y dar una charla sobre la importancia de las fábricas, de las minas, de las universidades y templos. Impacientes, los críos esperaron el momento de las preguntas, para, previsiblemente, volver a la carga: “¿es cierto que hay veinte imperios más, solo para nosotros?” “¿Cómo son los del LXG?”
Imprevistamente, un niño tomó su bandoneón, e improvisó un tango que hablaba del exilio, de las ausencias, del vino y de la muerte. Anarking y yo, que hemos perdido la cuenta de cuantos huérfanos y viudas hemos generado, lloramos como damiselas de CHI, a moco tendido.
Criollos, el Historiador.
P.D: En lo personal, noto que en batalla se me busca bastante, desde que publico este pequeño raconto. Si los enemigos recordasen a Sheks-pier, sabrían que matando al mensajero no se mata el mensaje. Pueden abatirme, pero sus ciudades seguirán cayendo, y cayendo, y cayendo… se me acabó la yerba.