por lord_alvar el Jue Ago 25, 2005 6:02 pm
pero durante aquella perturbacion en el tiempo causada por el temible comentario de aquel desdichado muchacho, un nuevo viajero entro por las chirrianets puerats de la posada.
no, no era un nuevo viajero, era un parroquiano local. Se trataba de un mago, pero lo que mas extraño no era eso, si no su raza. Se trataba de un mestizo, un semielfo que vestia la tunica roja, simbolo de la magia neutral.
Ya era extraño ver a uno de su raza, aun mas que fuese mago.
Para aquellos viajeros que nunca atendieron a las leyendas de la zona, el temor y poder que emanaba de auqel extraño personaje le aquejaban a su posicion de mago, pero los parroquianos habituales sabian que en realidad aquel poder no emanaba de aquella fragil cascara que se veia, si no de su espiritu, el espiritu, no de un mortal mestizo, si no de un poderoso dragon...
El silencio se habia hecho en la sala, pero rapidamente las camareras hicieron reanudar los juegos y el movimiento de cerveza.
El nuevo cviajero, con el rostro inexpresivo, al comprobarq ue la taberna volvia a la normalidad, o al menos eso parecia, cerro la puerta tras de si y se dirigio, deliveradamente lento, a la mesa situada en el rincon, cerca de las sombras, donde convergieron varios eprsonajes interesantes.
Gambit no le habia visto hasta ahora porque estaba ocupado co el niño, epro ahora que se fijaba en el extraño grupoo desde lejos, le llamo mucho la atencion. En aquella mesa meido oculta por las sombras se encontraban los peores elementos del lugar.
A la mesa ya habian llegado Dhemios, alerta como siempre, y aeris, radiante como nunca.
Al acercarse hasta ella el mago recien llegado, intercambiaron escasas palabras entre ellos, tan bajas y escasas que gambit no pudo oirlas desde donde estaba. A pesar de no poder escuchar la conversacion, gambit no podia apartar la mirada de ellos. Sabia que algo muy importante iva a ocurrir y tendria que estar rpesente para ello.
Observando desde lejos, vio como el mago alargaba la mano hacia uno de los saquillos que le pendian del cinturon de su tunica, roja como la sangre.......
a es dodne los magos solian llevar los componentes para sus hechizos ero, en este caso, gambit se fijo enq ue el saquillo que sacaba de su cintura era diferente a los demas. Lo tendio sobre la mesa y, intercambiando miradas con sus compañeros, estos extrajeron cuidadosamente su contenido, el cual quedo durante una milesima de segundo a la vista de gambit.
No, no podia ser, Gambit no se lo creia, eso era algo con lo que no habia contado, tenia que saber de que hablaban, pues parecia que aquel mago habia encontrado algo muy importante....aun no se lo criea....en aquella milesima de segundo, creyo ver loq ue parecian........varias de las agujas pertenecientes a.....un pino......
aquel misterioso trio siguio hablando sin que nadie les oyese. Ellos sabian algo de del pino, y gambit sentia la inexorable necesidad de saber de que se trataba......