por Necronus Supliciador el Mar May 27, 2008 4:37 pm
Vamos a ver, (PIII, insulto censurado), muy bonito tu párrafo y tal (por cierto, APRENDE A ESCRIBIR, A PUNTUAR Y A SEPARAR LOS PÁRRAFOS), pero sigues sin responder a la esencia.
Si tu hipotético dios omnipotente crease una piedra indestructible (= no se puede destruir), ¿no podría destruirla? Por tanto, no podría crearla!!
¿Qué tenemos que ver nosotros en esto? Imagínate que sólo somos un observador, incluso otro igual a Dios, y ale, jodida tu respuesta.
¿Conclusión? "dios" no es omnipotente...
Ah, y volveremos al tema. Si lo fuese, sería un sádico, hipócrita y cabrón. ¿Que por qué?
Pues mira... partimos de una base, ok? Dicha base es el pasado.
¿Qué somos? Un conjunto de moléculas y células, que reaccionan con el exterior siguiendo una ecuación predeterminada. Por tanto, se deduce que cualquier cosa que hagamos ya ha sido previamente predestinada por dicha ecuación (esta conclusión se saca del debate de "para k vivir?" de este mismo foro, y es irrebatible (al menos para ti)).
De ese mismo modo, si esa ecuación (mucho más verosímil aplicada a materia y energía menos compleja que nuestro cerebro) la creó (por así decirlo) tu hipotético dios, ya sabía en todo momento lo que nos iba a suceder (huy, he puesto iba con "h"... estoy mal hoy xD).
Entonces, se deduce que como es omnipotente y omnisapiente, supo desde el principio que íbamos a plantearnos su existencia, que íbamos a matar, a provocar el cambio climático del mundo, a crear la bomba nuclear, a quemar herejes en las hogueras, a humar judíos en las cámaras de gas..., entre otras cosas.
Venga, replantéame eso.
Y si creo en la ley del Karma es precisamente, como ya mencioné en su ocasión, porque me parece mucho más creíble y con más sentido que toda esa paparruchada de dios (ojo, no creo en Buda, creo en un equilibrio... a la larga). ¿Que por qué? Pues mira, sinceramente por creer en algo, pero no tengo argumentos sólidos que lo demuestren, y lo mejor de todo... ¡lo admito!, pero como no me podrás dar algo mejor en lo que creer tras la muerte, me quedo con lo mío.
Sin más, atte.: Tanis.
Nos leemos.