por Lord Athos el Mié Abr 23, 2008 11:24 pm
Maldito estebanes iba a ponerme la imagen de House...
Pero que más da.
Por cierto que tocaron relativamente el tema del hombre, hay un punto que me gustaría mucho compartirles cobre la naturaleza del ser humano:
En la naturaleza, esto es, en el conjunto de ecosistemas entre los distintos seres vivos existe unorma escensial: la lucha por la supervivencia, la naturaleza permanece en un perfecto equilibrio entre sus miembres debido a una competencia despiadada que es la base de la teoría evolucionista.
Ahora bien el hombre en un determinado momento de su evolución entró en esta competencia, desde el princiìo estaba condenado a perder, su fuerza, visión, oído y su ridiculo sistema de transpiración lo hicieron muy inferior al más mediocre de los depredadores. pero por alguna X razón que hasta ahora nadie puede explicarse, el honmbre introdujo a la competencia evolutiva un nuevo factor: el de la tecnología, nadie sabe como el hombre pasó de los sencillos instrumentos de piedra que utilizan algunos animales, a utilizar sofisticadas herramientas de piedra (los pedernales que usaban los hombres prehistoricos eran tan perfectos en su diseño que su filo es comparable al de una navaja zuiza actual, y su filo mucho mas perdurable) por alun motivo el hombre empezó a intrudicir reformas anti-naturales en su medio: los pedernales no son de ninguna manera comparables a las piedras o ramas que utilizan algunos leones marinos, chimpancés o incluso aves, estos elementos pueden encontrarse en el medio natural, no así los pedernales, o las hachas primitivas.
Esta transmormación e ideación de modelos artificiosos es un razgo UNICO del ser humano, por ejemplo el de la agricultura, la preparación de un terreno y el permitir el crecimiento de una sola especie de planta (base de la revolución neolítica) es una aberración que no se dá en ningún momento en la naturaleza, donde las especies luchan por sobrevivir, el hombre interviene con su mano y destruye el equilibrio beneficiando a una especie y dándole una nueva existencia artificiosa.
Estos rasgos unidos a la singular preocupación del ser humano de dar a su existencia propósitos ajenos a la neta supervivencia y reproducción (proposito real, natural y vigente en todas las formas de vida existentes) que viene estrechamente ligado a su capacidad de imaginar y elaborar juicios y pre-juicios para anticiparse a los hechos, son rasgos que al irse desarrollando fueron perturbando el orden de la tierra, hasta llegar al punto en el cual el hombre transtornó todo el medio en el cual vive.
Puede decirse, que el hombre es el único ser que necesita de la naturaleza para existir, pero también es el único que se elabora propósitos ajenos a esta, que elabora conceptos artificiosos como los de amor, justicia y odio, y se desarrolla en base a ellos, rasgos de la condición humana visible en todas las culturas que han existido sobre la tierra.
El ser humano entonces, vendría a ser muy parecido a un cáncer, que necesita de un organismo vivo para vivir pero que cumple funciones ajenas a esta, afectándolo hasta el grado de provocar su muerte y la suya propia.
